Neil (2005)

Incapaz de hacer frente a su condición de envejecimiento prematuro (con solo 22 años, aparenta 35), Neil desarrolla una agorafobia severa. Dependiente de una variedad de píldoras recetadas, Neil ha pasado toda su vida adulta dentro de un edificio industrial heredado en gran parte vacío. Con el tiempo, su separación del mundo exterior se traduce en una soledad opresiva; Neil se siente incómodo incluso mirando por la ventana. Su contacto con el mundo exterior se limita al seguimiento preocupado de su madre científica, una amistad incómoda con un repartidor y una relación con su psicóloga que difumina los límites entre lo personal y lo terapéutico. La espiral de autodestrucción de Neil solo se ve interrumpida por la aparición de Anna, una mujer misteriosa que insiste en que Neil es su marido.