Dites à mes amis que je suis mort (2004)

Estamos en el oeste de Georgia. Aquí, según la costumbre, los muertos no se separan de los vivos. Las personas los involucran en su vida familiar, hablan con ellos y buscan su consejo. Protegen a los muertos y esperan que los muertos los protejan a ellos. La familia nunca está sola. Los vecinos están ahí para animarlos, para ayudarlos con la ceremonia: "Todo tiene que estar bien hecho". Tsotne, vestido con su mejor traje, se prepara para "dar la bienvenida a los invitados". La ceremonia de condolencias comienza a las ocho de la noche...