We Have Decided Not to Die (2004)

Tres rituales sin palabras: nacimiento, entre y renacimiento. Una mujer yace sola en el fondo de una piscina. La cámara recorre su cuerpo. Ella comienza a subir, luego se hunde; siguen las convulsiones y luego ella se eleva y se cierne sobre la piscina. Un hombre sin camisa con pantalones blancos está parado en un estacionamiento asfaltado, un automóvil visible a ambos lados. Comienzan las convulsiones. Los autos retroceden, aún frente a él y entre sí. Hacen una pausa; corren hacia él. Él salta. Un joven, sin camisa y con pantalones cortos blancos, se para frente a un edificio alto. Las puertas se abren, entra y camina hacia un ascensor. Las convulsiones lo golpean mientras sube al último piso, sale del ascensor, se detiene y corre hacia una ventana. Él se estrella.