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Los mayores logros culturales de la historia nunca han sido el resultado de las tormentas de ideas de los hombres de marketing, grupos de enfoque corporativos o cualquier método homogeneizado; Siempre han sucedido orgánicamente. La mayoría de las veces, estas manifestaciones han sido el resultado de unas pocas personas de ideas afines que se unieron para crear algo nuevo y original para ningún otro propósito que un amor común de hacerlo. En la década de 1990, un grupo de artistas y creadores estadounidenses, muchos de ellos recién salidos de la adolescencia, comenzaron sus carreras de esa manera. Influenciado por las populares subculturas juveniles subterráneas del día, como el monopatín, el graffiti, la moda callejera y la música independiente, artistas como Shepard Fairey, Mark Gonzales, Spike Jonze, Margaret Kilgallen, Mike Mills, Barry McGee, Phil Frost, Chris Johanson, Harmony Korine y Ed Templeton comenzaron a crear un arte que reflejaba los estilos de vida que llevaban. Muchos no tenían una formación formal y casi ninguna concepción del funcionamiento interno del mundo del arte. Aprendieron sus oficios a través de la práctica, el ensayo y el error, y la buena innovación a la antigua. No desde la Generación Beat hemos visto a un grupo de personas creativas con un sentido estético tan unido y facetas culturales variadas. El mundo del arte se ha visto muy afectado por sus logros, al igual que los mundos de la moda, la música, la literatura, el cine y, irónicamente, el atletismo. A lo largo de los años, el grupo ha madurado y muchos se han orientado más hacia el establecimiento; Pero no importa, su espíritu independiente se ha mantenido firme. La historia de los Beautiful Losers será una celebración retrospectiva de este espíritu.