Baumeister Solness (2004)

Si subes, te arriesgas a caer. Para el maestro constructor Solness, esto es doblemente cierto. Había comenzado como empleado en la oficina de un arquitecto, pero pronto recibió sus propios encargos y empujó a su jefe cada vez más hacia un lado. Casarse con una mujer rica y sus posesiones majestuosas le resultó útil. Cuando la casa que heredó fue víctima de un incendio, subdividió el terreno y colocó en él viviendas unifamiliares. Su jefe se convirtió en su empleado, al igual que su hijo, y finalmente convirtió a su prometida en su contadora. Ella lo adora, lo que él solo usa para mantener a la familia dependiente. Solness es considerada una persona feliz. Pero lo impulsan el miedo y los sentimientos de culpa.