Last Call at the Gladstone Hotel (2007)

Cuando los desarrolladores agresivos compran un hotel de mala muerte que se desmorona para convertirlo en un lugar de moda para las artes y la música, el personal y los residentes de toda la vida se preocupan de que los expulsen. El plan de los desarrolladores, una restauración gradual para que el personal y los residentes permanezcan arriba mientras el bar sirve bebidas de diseñador a la clientela adinerada de abajo, no funciona. Un cineasta experimental hereda el desorden y forma un "modelo de negocio que incluye el cambio social", pero el hotel tiene la última palabra. Los inspectores de la ciudad exigen un cableado completo, la caldera explota, los techos gotean, las paredes se derrumban y todos deben irse. Filmado durante cinco años en un estilo cinematográfico directo, este retrato íntimo y convincente de los efectos de la renovación urbana sobre los pobres revela los roles no intencionales que a menudo desempeñamos en la gentrificación.