Speaking in Tongues (2009)

Al tener una mezcla étnica diversa de pueblos dentro de sus fronteras, las instituciones en los Estados Unidos en general luchan por una cultura monolingüística, a saber, el inglés. Sin embargo, lo que se ofrece cada vez más son los programas de inmersión lingüística en las escuelas públicas, donde todo se lleva a cabo en ese idioma, excepto la clase de inglés que se imparte en inglés. Estos programas no solo están poblados por estudiantes de ese origen étnico, sino también por otras etnias. Durrell, un niño negro, está comenzando en la inmersión en mandarín. El étnico anglo juliano ha estado en la inmersión en chino (cantonés y mandarín) durante nueve años. El hispano Jason, cuyos padres no hablan inglés, está en inmersión en español. Y la china Kelly, cuyos padres no hablan cantonés, está en inmersión cantonesa. Los padres optan por enviar a sus hijos a programas de inmersión lingüística para que puedan tener mayores oportunidades en su futuro. Sin embargo, algunos padres temen que el inglés se vea comprometido en el proceso, aunque en realidad es exactamente lo contrario. Algunos también temen que el aprendizaje de su hijo del segundo idioma se vea obstaculizado por los propios padres que no saben el idioma, o por el contrario, que su propia fluidez en el idioma está alejando el valioso tiempo de su hijo de aprender inglés. Pero al estar en los Estados Unidos, muchos niños, a menos que sean obligados a retener ese segundo idioma, vuelven al inglés para socializarse en la cultura dominada por el inglés. El activista lingüístico Dr. Ling-chi Wang ha propuesto lo que algunos consideran una idea radical para el distrito escolar de San Francisco: que todos los estudiantes de escuelas públicas se vuelvan bilingües. Espera que Durrell, Julian, Jason y Kelly sean buenos ejemplos de lo que se puede lograr con esta propuesta.