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Como un vivaz centenario,El caricaturista ruso Boris Efimov (quien murió el año pasado a los 109 años) había vivido bajo,y en ocasiones aterradoramente cerca de,tres nexos consecutivos de poder mientras su país serpenteaba a través de los zaristas,Gobierno soviético y federal.Su conexión renuente con los medios patrocinados por el estado que lo emplearon para satirizar objetivos políticos,incluyendo dudosamente denominados "enemigos del pueblo,tomó su giro más cruel después de que Stalin ordenara la ejecución de su amado hermano Mikhail Koltsov,inspiración para Karkov en Por quién doblan las campanas de Hemingway.Efectivamente incluido en la lista negra después como pariente de un disidente,No obstante, Efimov se salvó de los Gulags y, finalmente, a través de complicadas maquinaciones probablemente también guiadas por Stalin,quien era un gran admirador de su trabajo, reintegrado como el mejor dibujante de Pravda.El absorbente vistazo detrás de la cortina roja de Kevin McNeer investiga esta compleja relación entre el mayor caricaturista político de Rusia y el temido dictador que se ganó su trémulo pero permanente respeto.