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Tráfico en la Praga contemporánea. Accidentes cotidianos, atascos, aire irrespirable, policías castigando sin remedio el mal aparcamiento. Un grupo de activistas (que organiza una marcha anual de bicicletas en la carretera que pasa por el centro de la ciudad) tratando de presionar al consejo (y al alcalde) para que se pongan en el camino de una metrópolis más amigable con los humanos. Mientras tanto, proporcionamos algunos puntos de vista de la cultura del automóvil: Fiestas de quema de neumáticos, parlamentarios de derecha que aconsejan inmunizar a los niños exponiéndolos a los contaminantes del aire, construcción de tráfico megalómana frente a la incapacidad de marcar rutas ciclistas simples, sacerdote consagrando un nuevo túnel, el automóvil. vendedor admitiendo que todo este fetichismo es enfermizo y probablemente pronto terminará con nosotros, la muerte de un miembro de una iniciativa y una discusión más amplia sobre los patrones de pensamiento automático, la idea de la ciudad y la lucha por el espacio, el desequilibrio de poder entre los conductores y peatonal.