Après le génocide (2009)

Cada año,Canadá recibe hasta treinta y cinco mil inmigrantes con estatus de refugiado.Se trata de personas que a menudo han presenciado y han sido víctimas de actos de una barbarie difícil de imaginar,Y esto es sólo el comienzo de un difícil camino hacia la libertad y la paz.La pregunta fundamental es: ¿quiere la gente refugiados en su país?Si la respuesta es sí,Necesitamos encontrar maneras de construir puentes y abrir mentes.Pero si la respuesta es no,Si no los queremos,Dejemos de fingir.¿Cuál es la responsabilidad de Canadá como país anfitrión respecto de los refugiados que acepta?¿Estamos realmente en condiciones de comprenderles y ayudarles?¿Y cómo podemos garantizar que realmente puedan comenzar una nueva vida aquí?Un examen de las comunidades burundiana y congoleña revela que la tarea es compleja.y el viaje está plagado de trampas,tanto para la sociedad de acogida,que deben llegar a un acuerdo con el horror que los lleva hasta nosotros,y para las comunidades de refugiados,Siempre luchando con los demonios de los que intentan escapar,pero sin saberlo lo traen aquí con ellos.