Joanna (2010)

El personaje principal Joanna (Urszula Grabowska), esperando en vano una carta de su marido que se encuentra en un Oflag, da cobijo a una pequeña niña judía cuya madre fue atrapada durante una redada. Por lo tanto, se ve agobiada por un secreto que no puede revelar a nadie, ni siquiera a sus familiares. Joanna sabe que no puede mantener a Rose con ella porque ya está bajo observación, pero no logra encontrar un escondite para Rose y se ve obligada a convertirse en la amante de un oficial alemán a cambio de protección. Obligada por la necesidad, tiene que cooperar con sus enemigos, convirtiéndose en una traidora a los ojos de "su pueblo". La imagen simbólica final sugiere, de una manera llorosa y religiosa, el hecho de que albergar a la pequeña Roza fue la tortura personal de Joanna en referencia al Gólgota. Sin embargo, el significado más profundo de esa historia es perverso y amargo: ocultar al niño era aún más peligroso debido a que la "propia gente" de Joanna controlaba mutuamente la decencia patriótica.