Al final de la escapada (2010)

Fue un ícono para una generación de luchadores por la libertad, y con frecuencia arriesgó su vida por su sueño de justicia social universal. Pero su batalla final sería por el derecho a una muerte digna. Como figura clave en la resistencia española, Miguel Núñez pagó un alto precio por enfrentarse al régimen de Franco. Fue torturado repetidamente, pasó 14 años en prisión y fue condenado a muerte. Después de que se le conmutara la pena de muerte y finalmente fuera liberado, Núñez se enfrentó a las dictaduras de América Central, luchó con los sandinistas en Nicaragua y trabajó, entre otros, con el presidente Evo Morales. Pero al ser diagnosticado con una enfermedad grave, Núñez optó por convertir su muerte en un acto de afirmación. Bajo la presión de la Iglesia y la extrema derecha, los médicos de Madrid ahora se muestran reacios a administrar cuidados paliativos. Muchos pacientes han muerto en agonía. Al declarar que "si no hay libertad para morir, no hay libertad para vivir", Núñez se convirtió en una apasionada defensora de los derechos de los pacientes.