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Durante los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988, 22 trabajadores murieron en un incendio en Anyang. Su jefe los había encerrado en un dormitorio y estaban atrapados como ratas. Casi nadie recuerda este evento. Pero pocos recuerdan el pasado más glorioso de Anyang (término budista que significa "paraíso"). Hace mil años, por ejemplo, había un enorme templo en Anyang. Durante su investigación sobre el budismo y la historia de Anyang, el director Park sigue las excavaciones del templo, busca el "árbol de la abuela" de 500 años de antigüedad y escucha lo que las piedras nos pueden decir. El futuro se presenta en forma de elecciones a la alcaldía.