Nadie me puede juzgar (2011)

Alice vive en una hermosa villa. Tiene un esposo que gana mucho dinero, un hijo de nueve años y tres sirvientes que resultan ser inmigrantes. Es superficial, altiva y racista. Pero todo cambia el día que su esposo muere en un accidente y la joven viuda se encuentra endeudada. Obligada a abandonar su magnífica casa, se va a vivir a un pequeño apartamento en un barrio obrero. Para pagar sus deudas también debe encontrar trabajo. Cuando conoce a Eva, una prostituta que trabaja en el West End del pueblo, sigue su ejemplo. Paralelamente, durante su tiempo libre, Alice conoce a un cierto número de buenas personas en su nueva área, y se siente cada vez más cerca de uno de ellos: Giulio.