Groetnis vir die Eerste Minister (1973)

Una grave sequía está causando estragos en el Karoo y la comunidad agrícola se enfrenta a la hambruna. Después de que el cordero mascota de Manie Griesel, de ocho años, muere en la granja de su padre, devastada por la sequía, decide quejarse al primer ministro de Sudáfrica. Consigue que un simpático conductor de camión lo lleve a Pretoria, pero antes de llegar allí, se encuentra encarcelado, lavándose bajo una cascada en Hillbrow y salvando la vida de un vagabundo bondadoso. Finalmente, Dominee Marius Marais lo acoge y organiza una reunión con el primer ministro para él. El propio primer ministro es hijo del Karoo (él mismo nació allí) y es acogido por este niño pequeño. Mueve un par de hilos y le da la buena noticia diciendo: "Vete a casa, ha empezado a llover allí".