Uno de los personajes practica artes marciales y se la muestra durante los entrenamientos, dando golpes y patadas que derriban a sus oponentes. No hay detalle y estos momentos se juegan por efecto cómico.
En una escena, un niño participa en una secuencia de baile en la que se enfrenta a otros bailarines vestidos como guerreros samurai que portan armas hechas de papel. La acción juega como estilizada "pretender" la lucha.
Otra escena muestra una pelea más realista entre dos niños, que comienza cuando uno de ellos hace un comentario hiriente sobre el padre del otro, hay algunos empujones y el chico que hizo el comentario le da un puñetazo a la cara de su rival. El impacto no se muestra en detalle y la fuerza del golpe solo se indica mediante un efecto de sonido. Al niño golpeado solo le queda un pequeño rasguño en la mejilla.