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Althea Gibson, una vagabunda de las duras calles de Harlem, emergió como la reina más inverosímil del mundo del tenis altamente segregado de la década de 1950. Diga el nombre de Althea Gibson a la mayoría de las personas y se encontrará con una mirada en blanco. Sin embargo, ningún jugador superó más obstáculos para convertirse en campeón, el primer afroamericano en jugar y ganar en Wimbledon y Forest Hills, una década antes que el gran Arthur Ashe, solo para ser rechazado por el Tennis Establishment. Él tiene sus raíces como la hija de un aparcero, la migración de su familia al norte de Harlem, su mentoría de Sugar Ray Robinson, David Dinkins y otros, su fama que la empujó de mala gana al resplandor del primer movimiento por los derechos civiles, todo traen la historia a un aspecto mucho más amplio. reino de la historia afroamericana.