The Bull on the Roof (2010)

Otro trabajo estilísticamente audaz, The Bull on the Roof navega a través de narrativas dispares y lugares internacionales: Johannesburgo, Helsinki, Viena y Nueva York. El resultado es una instantánea caleidoscópica de los espacios urbanos y las variaciones sexuales: caminar por las ciudades, tomar ferries, viajar en tren, ir de picnic y fornicar dentro y fuera, pero siempre informada por el lugar, sitio específico, se podría decir. La desorientación geográfica se ve acentuada por las voces en off en varios idiomas, pero se mantiene unida por la similitud de los pequeños detalles de la vida de las personas, independientemente del país en el que se encuentren.