Ya

Daniela atraviesa un profundo dolor tras revelar la traición de su prometido. Cae en un estado de soledad y abatimiento al punto de perder su trabajo, y por ende la capacidad de cubrir sus gastos básicos para poder vivir dignamente. De ahí que inicie un proceso de desapego y servicios simples como gas, luz, internet dejen de ser parte de su vida. Eventualmente, ella comienza a ver la luz dentro de la oscuridad de su túnel, se vuelve más fuerte y puede ver su dolor a través de un par de ojos diferentes.