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Entre las adaptaciones al cine mudo de las novelas de Charles Dickens, las cuatro películas épicas danesas para Nordisk Films de su director principal, A.W. Sandberg, no tienen rival: Nuestro amigo común (1921), Grandes esperanzas (1922), David Copperfield (1922) y La pequeña Dorrit (1923). La más espectacular desde el punto de vista visual es Nuestro amigo común, basada en la última novela completada de Dickens (1864-65), que combina una sátira cómica sobre la avaricia con un misterio oscuro que comienza con un cadáver flotando en el Támesis. Filmada en 1918 (el estreno se retrasó aparentemente debido a las disputas entre Sandberg y Nordisk sobre la ambición y la duración de la película), sus dos partes sobreviven solo con una cantidad significativa de metraje faltante en la segunda mitad, pero aún así dura casi dos horas y media. Disponible por primera vez con subtítulos en inglés que recurren a las frases de Dickens y con nuevas pantallas de texto para completar la información faltante en la historia, la película olvidada demuestra ser una de las grandes adaptaciones literarias mudas.