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Egipto es un vasto desierto con un sol abrasador que cae a plomo. Durante milenios, solo por la gracia de las aguas del Nilo, las personas y las criaturas prosperaron en esta tierra. La lluvia casi nunca caía. Pero una vez al año, el río se llenaba de agua mágicamente, inundando la tierra y dejando un suelo fértil y negro para nutrir los cultivos. Y con esta inundación anual, miles de cocodrilos entraron en la vida de los antiguos egipcios. La muerte por cocodrilo era común. La bestia escamosa exigía tanto miedo como asombro. El Señor del Nilo se abrió paso en las grandes tumbas de los reyes y en lo profundo de la psique de los antiguos. Pero a medida que el tiempo y la tecnología cambiaron, el Señor del Nilo desapareció lentamente. La caza, la contaminación y la presa de Asuán le robaron al río su antigua consorte. Hoy hay informes de que los cocodrilos están regresando milagrosamente al sur de Egipto. Nuestro objetivo es echar un vistazo a esta criatura legendaria y en el camino llegar a conocer al poderoso dios, Sobek, que inspiró hace miles de años.