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Zoltán Miszori,siente su llamado al servicio de Dios con tal convicción,que abandona sus estudios de silvicultura y se despide de su novia.En cambio, elige vivir sólo para su vocación,ser pastor de los espíritus.Una vez sacerdote,lleva su amor a Dios a la comunidad de diversas maneras,sirve en una prisión,en residencias de ancianos,en orfanatos,refugios para personas sin hogar o en eventos deportivos,peregrinaciones,o incluso situaciones en las que la gente está donando sangre.Cualquiera que haya tenido la oportunidad de conversar con el Padre Zoltán,lo recuerdo diciendo que era vital estar inculcado con el amor de Dios,fe,y la profunda importancia de las oraciones por el alma de las personas."Con él encontramos nuestra fe",dicen las personas que asistían regularmente a sus servicios.El padre Zoli no era un sacerdote famoso,sino el modesto y humilde enviado de Dios,cuyas palabras y hechos siempre coincidían.Sólo pidió que sobre su tumba se escribiera la siguiente inscripción: Un Pastor de Espíritus.conducto de Dios,mediador entre el Señor y su pueblo.Nunca queriendo convertir,simplemente quería transmitir pensamientos y señalar signos;al hacer esto,nos hizo reconocer la necesidad del autoexamen,la reevaluación de la vida como una forma de ser feliz y realizado.