Miro. Traces of Oblivion (2018)

En el norte de la pampa,los restos de una población yacen ocultos bajo la tierra;han sido así durante más de un siglo.Su descubrimiento casual es el punto de partida con el que la película intenta descifrar ese misterio.Allí donde reina la soja,se libra una batalla más en la lucha constante del cine contra el olvido.Este casco antiguo enterrado sirve al director para exponer una investigación sobre cosas perdidas,esos que nadie recuerda,o las que apenas resuenan en el presente,como ecos de voces lejanas o el brillo persistente de una estrella extinguida.Con testimonios de antiguos habitantes,de vecinos de pueblos cercanos a descendientes para los que Miró se vuelve aún más fabuloso -como si las palabras devolvieran por un instante el brillo taciturno del progreso pasado,de desengaños y de resignados viajes en el tiempo-,la película se convierte en un retrato vitalista de la necesidad de la memoria y la recuperación de huellas que se creían desaparecidas.Siempre contenido,alcanza,en su bien educada levedad,una forma extraordinaria de lucidez.