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Nos sumergimos en el mundo cerrado de la residencia de especialistas Maud Mannoni, que,a finales de la década de 1960,creó una estructura experimental destinada a niños autistas y psicóticos o con neurodiversidad-para adultos afectados por discapacidades mentales incurables.Cada paciente aparece con sus obsesiones -como Bernard,que se rasga constantemente la ropa- que son contenidas y canalizadas por las palabras y gestos de los cuidadores.Edmond Carrère decidió ajustar su encuadre para abolir la aparente neutralidad equidistante entre pacientes y cuidadores,lo que no pasa,aquí.Mientras se enfoca en los cuidadores,À L'INFINI aprovecha con éxito la proximidad entre los cuerpos,a menudo filmado en la misma toma: en colaboración,en un movimiento casi coreografiado pocas veces interrumpido por imágenes de "afuera",el único espacio para la retirada,para la respiración,antes de volver allí.Al principio,Se suponía que Carrère llamaría a su película "Después de Sísifo".Uno debe,con el filósofo,"Imaginalo feliz" por ejemplo,con facciones de cuidadora,OMS,a veces,trae una sonrisa a la cara de un hombre perdido en su corazón de corazones.