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Elahe Massumi es un productor y artista que durante mucho tiempo ha mirado sin pestañear temas que el mundo no ha querido enfrentar. Su preocupación ha sido la justicia social; su intención: usar su trabajo para sanar las heridas del mundo. Explora temas difíciles, incluso aterradores, empleando la belleza del color y la complejidad de las imágenes para atraer al espectador a sus representaciones de realidades duras. Nacida en Isfahan, Irán, se dedicó al arte desde niña. Pasó innumerables horas sumergiéndose en el estudio del arte, incluida la arquitectura, la pintura, la escultura y su otra pasión, el cine. Encontró su camino a los Estados Unidos, donde continuó sus estudios, y finalmente obtuvo una Maestría en Bellas Artes en Medios en el Pratt Institute. A partir de ahí, un viaje a Venezuela y la selva amazónica tuvo una tremenda influencia en su visión artística. El maestro italiano del cine, Pier Paolo Passolini, a quien tuvo la suerte de conocer, también la inspiró. "A partir de ese momento comencé a experimentar con imágenes en movimiento y decidí fusionar mi experiencia y pasión por el arte, el cine, la antropología, la poesía y la filosofía, con el objetivo de crear un lenguaje propio". Otra influencia crucial fue la trabajadora social, la Dra. Minoo Moadel, quien tomó a la joven Elahe bajo su ala, enseñándole a confiar en su intuición, así como a ser analítica en su enfoque del mundo, y a fusionar su vida personal con su vida artística. vida. En los años siguientes, Massumi se lanzó a la creación de videoarte y cortometrajes, viajando de un entorno peligroso a otro, incluso arriesgando su vida para producir obras que no eran documentales, sino representaciones de situaciones desgarradoras del mundo. Trabajó con los hombres, mujeres y niños cuyas vidas retrató, ganando suficiente confianza para que cooperaran con su filmación. Para lograr esto, ha tenido que estar dispuesta a soportar no solo el riesgo físico, sino también el dolor emocional de ser testigo.