Antonia Ellis

Hacia 1965, ella estaba bailando en Beirut cuando una compañía de danza japonesa que pasaba y que había perdido a su bailarina principal la invitó a unirse a ellos. El problema era que se necesitaba una visa de salida para salir de Beirut y ella no tenía una, por lo que la compañía de baile la llevó clandestinamente a la sala de salidas donde estaba sentada con la compañía. Después de retrasos, finalmente llegó a Atenas y luego a Londres, donde continuó con su baile.