Chieko Matsubara

Habiendo comenzado a actuar como una adolescente, Matsubara Chieko pronto se convirtió en una madona para Nikkatsu Studio, que la contrató en un concurso de belleza, en películas como Cruel Gun Story o la infame Tokyo Drifter para el director Suzuki Seijun, donde jugó un interés amoroso fresco y misterioso. Muchos la consideraron como una de las actrices más bellas de Japón y, de hecho, la prensa la apodó como parte de las Tres bellezas de Japón. Aunque se volvió menos activa tanto en los años setenta como después de su matrimonio y en los años ochenta, permaneció frente a la cámara para el cine y la televisión, incluido su papel desgarrador en Kitano Takeshi's Dolls en 2002.