Pedro Rodríguez

Aunque nacido en Valencia, Pedro Rodríguez creció en Barcelona donde su familia se trasladó en busca de mejores oportunidades cuando apenas tenía cuatro años. A los 10 años comenzó una pasantía en una sastrería donde aprendió los conceptos básicos de costura, especialmente ropa formal y trajes de negocios para hombres. Con el tiempo se interesó más en la moda femenina y en 1914 consiguió un trabajo en una tienda de diseño y probablemente fue allí donde conoció a Ana María, una costurera que pronto se convertiría en su esposa. En 1919 Pedro y Ana María abren su propia casa de alta costura donde los diseños de Pedro comenzaron a atraer a damas de los círculos de la alta sociedad de la ciudad. Sin embargo, logró la atención nacional e internacional en 1929 con su exposición en la Exposición Internacional de Barcelona, ​​un importante evento de alta costura. En la década de 1930 mantuvo su reputación como diseñador de primer nivel y disfrutó de una íntima amistad de admiración mutua con Cristóbal Balenciaga, otro líder de la moda española de la época. En 1936 estalló la Guerra Civil y Pedro cerró su tienda y se mudó con su familia a Roma, luego a París y finalmente a Londres. Recibió varias ofertas para instalarse en aquellos países donde su obra era muy popular pero decidió regresar a España en 1937 abriendo un enclave de alta costura en San Sebastián. Terminada la guerra reabrió su casa y tienda de alta costura en Barcelona y unos meses después inauguró otra casa de moda en Madrid. En 1940 fundó y ocupó el cargo de primer presidente de la Cooperativa Española de Alta Costura, empresa que serviría para promover la moda española en Europa y América. La industria cinematográfica española, muy influenciada por el glamour de Hollywood, le pidió a Pedro que fuera el diseñador de vestuario de algunas de las grandes producciones de la época y realizó un trabajo espléndido en películas como "Tuvo la culpa Adán" (1944) y "Pequeñeces". (1950), pero estaba más interesado en sus actividades de alta costura que pronto lo convirtieron en uno de los mejores diseñadores del mundo con más de 700 empleados bajo su mando en el apogeo de su carrera. Durante años fue el favorito de las damas más poderosas de su país como la Duquesa de Alba, Carmen Polo de Franco, la Condesa de Barcelona, ​​etc. También vistió a bellezas internacionales como Ava Gardner, Elizabeth Taylor, Audrey Hepburn, etc. Con la creciente importancia de la moda pret-á-porter, Pedro Rodríguez se negó a lanzar una línea económica de prêt-à-porter alternativa a sus diseños como lo había hecho Channel, Dior, Saint Laurent, etc. Simplemente no podía entender lo que estaba pasando en el mundo de la moda y en 1979 se vio obligado a cerrar todas sus tiendas y jubilarse. Llevó una existencia muy tranquila hasta su muerte a los 94 años. No ha sido olvidado en el mundo de la moda y se dice que su legado ha sido retomado por diseñadores como Miguel Elola, Robert Dalmau, Andrés Andreu, Peter Aedo, Marcelo Scarxell, Joaquín Verdú entre otros.