Rafael Trujillo

El veterano dictador de la República Dominicana, Rafael Trujillo inició su carrera en la política como un adolescente cuando se unió a la Guardia Nacional Dominicana. La Guardia había sido creada como una policía interna por el gobierno de Estados Unidos, que ocupaba el país en ese momento. Trujillo se unió en 1918 y ascendió rápidamente en las filas mientras él y la Guardia ayudó a las tropas estadounidenses aplastar un movimiento de resistencia Dominicana. Cuando los EE.UU. abandonó el país en 1924 se colocó Trujillo a cargo de la Guardia. Se consolidó su poder sobre los próximos años y se postuló para presidente en las elecciones de 1930. A pesar de que los resultados mostraron que había perdido, afirmaba que el 95% de los dominicanos votaron por él, y se utiliza la Guardia Nacional para forzar su camino a la presidencia en 1931. Una vez en el poder estableció una fuerza de policía secreta, además de la Guardia Nacional para mantener un ojo en las posibles amenazas a su gobierno (al mismo tiempo que el uso de la policía secreta para mantener un ojo en la Guardia y viceversa). En 1937 se envió al ejército a la frontera con Haití para expulsar a decenas de miles de haitianos que habían huido de la violencia y la inestabilidad en su propio país, o que simplemente se trabajan en los campos de caña de azúcar dominicanos. El ejército, por orden de Trujillo, comprometido en una política de violación y asesinato al por mayor, dando como resultado la matanza de más de 20.000 haitianos. Trujillo era un ferviente admirador del dictador fascista español Francisco Franco y su régimen modelada después de Franco. También fomentó un culto a la personalidad que, literalmente, lo puso en pie de igualdad con Dios; insistió en que se le llama "El Jefe" - El jefe - y su "filosofía" fue llamado trujillismo, que todos los dominicanos se "anima" a aprender. Se cambió el nombre de la capital del país desde Santo Domingo a Ciudad Trujillo ( "Ciudad Trujillo"), tuvo oponentes (tanto reales como imaginarios) encarcelados, torturados y / o muertos, y utilizó su posición para saquear el país y enriquecerse, su familia y sus seguidores. Él gastó millones de dólares que lanzan grandes fiestas en honor a sí mismo y gastó millones más monumentos de construcción para todo el país a sí mismo, mientras que la mayoría de los dominicanos apenas ganaban a duras penas la vida en escuálida pobreza, extrema. Se aseguró de permanecer en el lado bueno del gobierno de Estados Unidos, dando corporaciones americanas enormes contratos y concesiones importantes para hacer negocios en el país - como la trituración rápidamente cualquier movimiento de la mano de obra organizada - y que retrata a sí mismo como un baluarte contra el "comunista subversión "en América central y del Sur. Aunque muchos líderes políticos estadounidenses no se preocupan por Trujillo o sus tácticas, su actitud fue resumida por el Secretario de Estado Cordell Hull, quien dijo la famosa frase de Trujillo, "Puede que sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta ."La violencia, la represión política, una situación económica desesperada de la mayoría de los dominicanos y la corrupción masiva del régimen de Trujillo llevó a varios levantamientos en los años 1940 y 1950. Cuando Fidel Castro se hizo cargo de Cuba en enero de 1959, ayudó a armar y entrenar a algunos grupos rebeldes dominicanos, que lanzó una invasión del país desde Cuba ese mismo año. Los invasores fueron derrotados rápidamente por las fuerzas de Trujillo, con la mayor parte de los rebeldes, ya sea directamente o siendo asesinados capturado y ejecutado poco después. Trujillo utilizó la invasión como una excusa para pedir aún más la ayuda militar de Estados Unidos para proteger a su país de la "infiltración comunista" mediante la ampliación de su ejército y una policía secreta, y él rápidamente consiguió. La brutal violencia y la represión de trituración que Trujillo continuó utilizando contra su propio pueblo comenzaron a ser contraproducente, sin embargo. Cada vez son más los dominicanos formaron grupos rebeldes o los existentes unidas, y esta vez no eran sólo los campesinos pobres, sino empresarios, educadores, estudiantes, exiliados ricos e incluso algunos sacerdotes. La Iglesia Católica, que había sido durante años un firme partidario de Trujillo a causa de su supuesta postura "anti-comunista", comenzó a alejarse de él después de detenido, torturado y deportado a varios sacerdotes que acusó de ayudar a los rebeldes. También empezó a perder el apoyo del gobierno de Estados Unidos, que estaba preocupado de que los numerosos grupos rebeldes, tanto los ya existentes que fueron expandiendo y otros nuevos que fueron surgiendo, se volverían a Fidel Castro en busca de ayuda. Las relaciones entre los dos gobiernos a fondo perdido a un punto aún más baja cuando se descubrió que Trujillo había intentado tener el presidente de Venezuela, quien no ocultó el hecho de que él detestaba Trujillo, asesinado. Los EE.UU. finalmente decidimos que ya era hora de ir a Trujillo e iniciaron conversaciones secretas con varios grupos rebeldes y los leales a Trujillo algunos que todavía estaban en el poder. La CIA estaba en contacto con un grupo de oficiales del ejército y los políticos dominicanos que habían decidido asesinar a Trujillo, y la agencia les suministró armas y promesas de protección después de que el hecho fue hecho. El 30 de mayo de 1961, Trujillo estaba viajando en un tramo de carretera desierta cuando su coche fue emboscado por el grupo. Él estaba lleno de balas y murió en el lugar.