Slim Summerville

Nacido en Albuquerque, Nuevo México en 1892, George "Slim" Summerville, de aspecto rústico, poseía una de esas tazas maleables que te hacían reír incluso antes de abrir la boca. El joven Slim se escapó de casa cuando era joven y vivió una vida bastante ambiciosa hasta que un encuentro casual con Mack Sennett a través de su amigo el comediante Edgar Kennedy lo cambió todo. Slim incursionó en el cine mudo a los diecinueve años como uno de los Keystone Kops de Sennett y se convirtió en parte de la sociedad anónima de jugadores. Hacer una aparición no facturada en el primer largometraje de Keystone, Tillie's Punctured Romance (1914), la complexión desgarbada y la inocencia ingenua de Summerville, sin mencionar su nariz parecida a una papa, su taza triste y su labio superior delgado y rizado, lo ayudó a diferenciarse, mucho de modo que Summerville finalmente se diversificó en sus propios vehículos cortos. Mucho más cómodo con ropa arrugada y overoles que un traje y corbata, más tarde aprendió a dirigir y en la década de 1920 dirigió una serie de cortometrajes para los estudios Fox y Universal. Se volvió a enfocar en la actuación con la llegada del sonido e hizo una transición bastante fácil, destacándose en una serie de películas comerciales, tanto cómicas como dramáticas, incluida la épica de guerra gigantesca All Quiet on the Western Front (1930), la histórica película musical King of Jazz (1930), el clásico de Hecht-MacArthur The Front Page (1931), los vehículos de Shirley Temple Captain January (1936) y Rebecca de Sunnybrook Farm (1938), y Tobacco Road de John Ford (1941). Además, Slim anotó en una serie de comedias cortas junto a Zasu Pitts, y una gran cantidad de apoyos en los westerns de Hoot Gibson. Por lo general, interpretando mucho más viejo que él, Summerville, de ojos soñolientos y arrastra las palabras, interpretó su último papel en The Hoodlum Saint (1946), antes de morir de un derrame cerebral el 5 de enero de 1946, a la edad no tan avanzada de 53 años. Sin embargo, dejó un legado lo suficientemente fuerte como para ser recordado como uno de los comediantes más confiables de la pantalla. Le sobrevivieron su esposa Eleanor y su hijo Elliot.