Christian Dunlop

Christian se mudó a Los Ángeles desde el centro de California cuando tenía 13 años. A su llegada con cajas de mudanza, le presentaron al actor de cine Robert Forster, quien no solo influiría en su decisión de convertirse en actor sino que demostraría lo que significa ser un gracioso. Cuando no está en el personaje, Christian ilustra su amor por la actuación y la gente a través del Aikido, un arte marcial que promueve la no violencia a través de su filosofía energética y espiritual que promueve "la protección amorosa de todos los seres vivos". Esta práctica es donde Christian aprendió verdaderamente a comprender el poder de la intención, y cómo no solo se traduce en el escenario y el escenario, sino también en las interacciones cotidianas.