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Como un niño, el lago más grande de Italia proporcionó la inspiración escénica de gran antigüedad que ayudó joven Sara actuar a los personajes de sus cuentos de hadas favoritos y películas animadas. En su juventud, Sara actuó por diversión, pero su talento no pondría latente. Cuando ella cumplió los dieciocho años ella tomó una oportunidad y comenzó a tomar clases para desarrollar su talento actuando. Bajo la tutela de Anna D'Abbraccio (madre de Mariangela D'Abbraccio, gran actriz de teatro de Italia), Sara no sólo aprendió a afinar su talento como actor, pero también aprendió las realidades no tan glamorosas de la industria. Las recompensas de ser capaz de hacer producciones teatrales como Romeo y Julieta, Hamlet, Otelo fueron el producto de arduas horas de clases y ensayos, muchos de los cuales se extendían a través de 7 días consecutivos. El duro trabajo dio grandes dividendos, sin embargo. Sara se echó más y más producción, y muy pronto quedó claro que su carrera había nacido. Con las enseñanzas de la señora D'Abbraccio como su fundación, Sara decidió poner a prueba su talento en los medios de acción de Roma; Sin embargo, su ambición era mucho mayor que el botín que Roma podría ofrecer. Después de mucha consideración, su decisión de trasladarse a Roma dio paso a una decisión de mudarse a Hollywood, California en su lugar. Sara aclimataron rápidamente a sí misma a su nuevo entorno y se ha ganado un punto de apoyo en la industria cinematográfica. Alentados por su pasión por su arte, el apoyo y el amor de su familia, Sara se refleja en esos días de juventud cuando ella actuaría sólo por diversión y se da cuenta de lo lejos que ha llegado.