Anton Mzimba

Cuando era niño, Anton soñaba con convertirse en soldado. Admiraba sus uniformes, su fuerza, notando lo orgullosos que estaban al marchar con sus armas de fuego. La vida lo llevó por otro camino, pero el sueño nunca lo abandonó. Después de trabajar en la construcción de la Reserva Natural Privada Timbavati, el gerente general de la reserva notó su arduo trabajo y le ofreció un puesto permanente. A partir de aquí, se formó para ser guardabosques de campo y ascendió de rango de guardabosques junior a guardabosques senior, cabo, sargento y jefe de servicios de guardabosques. Anton también fue el asesor técnico de Global Conservation Corps, manteniéndolos actualizados sobre los desafíos que enfrentaban las personas y los animales dentro y fuera del parque. Su papel cambió drásticamente desde los primeros días como guardabosques cuando solo tenía que patrullar el parque en busca de cazadores furtivos de carne que trabajaban con trampas, perros y lanzas. A partir de 2008, los navegantes locales, en colaboración con tiradores experimentados y fuertemente armados, cazan y matan ilegalmente a los rinocerontes por sus cuernos, lo que hace que el trabajo del guardabosques sea más peligroso que nunca. Anton terminó siendo una especie de soldado después de todo, arriesgando su vida para proteger algunas de las especies más amenazadas del mundo. El 26 de julio, Anton fue asesinado en su casa debido a la pasión de su vida: proteger a los rinocerontes, conservar la naturaleza y luchar por un futuro mejor. Su legado seguirá vivo a través de sus 25 años de trabajo dedicado, las muchas personas a las que tocó y su historia como se cuenta en la película Rhino Man.