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KINGSMAN, la saga de Matthew Vaughn - Maestría en ESCENAS SUBLIMES DE MUERTE

Spoilers

Su fundador ha perdido demasiados seres amados. Su respuesta ante ello ha sido la creación de una agencia secreta global, bajo la iniciativa de nunca más repetir los horrores de la Gran Guerra. Padres de las familias más poderosas, cuyos hijos perecieron en el calor de la batalla, invirtieron sus fondos en cimentar una inteligencia por encima del gobierno. Con el objetivo de salvaguardar la paz a nivel mundial. Este es el preludio para la constitución de “KINGSMAN”, un servicio secreto con base primigenia en la lujosa sucursal de sastrería del mismo nombre. ¿Cuáles son las muertes han dejado marca en esta franquicia cinematográfica? Muy pronto lo descubriremos.


¿Conoces las películas de KINGSMAN, dirigidas por Matthew Vaughn? Si les soy sincero, estas comedias de acción con espías las llevo guardadas en mi corazón. Pero no llegaron acá para leer sobre mis gustos personales, así vamos con lo bueno. ¿Sabías que la cinta original de 2014 ("Kingsman: El servicio secreto") es la adaptación de un cómic del mismo nombre? Originalmente llamado solo “The Secret Service”, el éxito de la película subsecuente llevó a que se añada la palabra “Kingsman” a la historieta escrita por los autores Mark Millar and Dave Gibbons.

Novela original en 2012 vs. El cambio después de la cinta de 2014

¿Por qué les cuento esto? Verán, sucede que la idea para la película (que eventualmente desembocaría en una franquicia) nació una noche en la que el cineasta Vaughn y el autor Millar conversaron en un bar. Ambos mostraban descontento con el nuevo tono serio que las cintas de espías han abordado en los últimos años. Ciertamente, tienen razón en ese detalle en la evolución del género; por ejemplo, las recientes secuelas de Misión: Imposible” de Tom Cruise con un elenco más consistente, o la saga de "James Bond" con Daniel Craig. Ante ello, Vaughn y Millar expresaban admiración por las locas escenas de acción o los dispositivos estrambóticos que usan los agentes en sus misiones.

Pues, esa noche emborrachándose, ambos platicaban sobre su deseo de traer esa diversión de vuelta a la pantalla grande. Aunque en ese entonces no habían coordinado nada concreto, cuando Millar terminó su cómic, posteriormente Vaughn quiso adaptarlo al medio cinematográfico. Su proyecto pasionario, al que verdaderamente le tenía demasiado cariño. Lo antepuso a continuar en la saga de X-Men bajo el rol de director, que había tenido en 2011 con la refrescante precuela First Class” o “Primera generación”.

El amor, aprecio y cariño de Matthew Vaughn por KINGSMAN es evidente e indudablemente admirable. Se ha encargado de la dirección en todas las películas, asimismo, como productor y creativo en las historias. Incluso, esa fascinación por el género clásico de espías lo llevó hasta dirigir "Argylle" de este año, película con la intención de cruzar más lazos con "Kingsman" en algún futuro no tan lejano.

“Cuando se nos ocurrió Kingsman, sentados en aquel bar con Mark Miller hace siete años, era más bien una cosa de dos fanboys emborrachándose, lamentándose de lo que había pasado con las películas de espías.”

- Matthew Vaughn (2019), en el podcast ReelBlend hablando sobre la precuela “The King's Man”, cuanto estaba en producción.

¿La grandiosa escena de “Los modales forman al hombre” habrá sido un homenaje a esta piedra angular?

Cielos, me recontra desvié del tema. Volviendo al tema, a la par de las grandiosas locas situaciones, la emotividad es su fortaleza. Específicamente, las muertes de personajes primordiales en cada una de las películas de KINGSMAN. Porque, espero no ser el único, he notado ese patrón. En la cinta original, la secuela “El Círculo Dorado” (2017) y la precuela “The King's Man” o “El Origen” (2021): ejecutan escenas de muerte que duelen al alma. Secuencias impensables para personajes muy queridos. El hacerme pensar “¿Por qué diablos tenían que irse así?” habla mucho sobre lo bien que los construyen a lo largo de sus historias.

Por eso, aprovechando la ocasión, voy a hablar sobre la trascendencia que han significado la partida de cierto personaje central en cada una de las cintas. Analizaremos el trasfondo de la escena, el contexto del momento, su impacto en el resto de la trama y si acaso pudo haber sido evitada. Claro, pensando en la interrogante: ¿qué hubiera pasado si ese no fuera su destino? No está de más añadir que se vienen tremendos SPOILERS. ¡Comencemos!

Ahora sí comenzaremos con todo.


La muerte de Harry en Kingsman: El Servicio Secreto (2014) fue un gran giro en nombre de Eggsy

Es curioso cómo antes de ese repentino e inhóspito acontecimiento, tengamos una de las más memorables y mórbidamente entretenidas secuencias de acción en la nueva década. HARRY (Colin Firth), el mentor del joven Eggsy (Taron Egerton), rastrea las conexiones del excéntrico millonario Valentine (Samuel L. Jackson), quien hace poco regaló tarjetas SIM para que todos tengan conexión móvil a Internet gratis para siempre: una oferta irresistible. Su investigación lo lleva a estar vinculado con una iglesia en Kentucky (EE.UU.) donde hay una comunidad hostil de creyentes, donde aparentemente no hay nada ventajoso. Pero justo cuando está a punto de retirarse, desde una zona segura cercana, Valentine y su asistente Gazelle (Sofia Boutella) activan una señal proveniente de las tarjetas dentro de la iglesia. Pues, por tremendo ofertón, están en TODAS PARTES. Esa señal provoca que todos los afectados cercanos se vuelvan extremadamente violentos, con un ciego instinto de matar a cualquiera que tengan en sus alrededores. El lugar se convierte en una zona de pelea brutalmente sanguinaria, donde Harry es el último hombre en pie gracias a su entrenamiento como Kingsman.

Harry Hart during the church battle in Kingsman: The Secret Service.
Como dato curioso, esta gloriosa escena (de menos de 5 minutos) fue filmada en 2 semanas cuando el plan original era solo en 7 días. Fue disfrazada como plano secuencia, en medio de tantos cortes con casi 100 actores y dobles.

Harry sale del lugar atónito y desorientado por la masacre que acababa de cometer. En las afueras de la iglesia, está acorralado con Valentine en frente suyo, proponiéndole el típico cliché de las películas de espías: capturarlo, llevarlo consigo, monologar el malévolo plan, para que eventualmente Harry salve el día de una manera impresionante. Pero el momento anticlimático llega cuando decide NO seguir el juego. Su plan como respuesta al calentamiento global NO es una película. Sin dudar en el momento (aunque pocos segundos después recuerde que la sangre le da asco), asesina a Harry improvisadamente con un balazo en el ojo izquierdo. Hecho que descorazona a Eggsy, quien lo vio todo en vivo desde una pantalla.

Ni siquiera se atrevió a ver.

Creo que el diálogo de Valentine sintetiza el análisis de la situación. Así como el “El Servicio Secreto” homenajea el encanto disparatado de las películas clásicas de acción, también es consciente de ello para satirizar en ciertas inverosimilitudes y darles un giro inesperado sin jamás perder el estilo. Pues, de haber seguido la trama estereotípica, Harry habría sido capturado por Valentine. Posiblemente sería llevado como prisionero a su guarida del juicio final, donde quedaría resguardada la élite que prevalecería después del apocalipsis tecnológico de control mental. Bajo este “What If?”, Eggsy también descubriría que el actual líder de la organización (Michael Caine) estaba coludido con Valentine. Del mismo modo, junto a Merlín (Mark Strong) y Roxy (Sophie Cookson), rastrearían a Harry hasta la guarida del mal. Esto desencadenaría el mismo clímax: el plan para colapsar el sistema de satélites, al mismo tiempo que Eggsy y Harry terminarían luchando contra Gazelle. Algo similar a lo que sería la pelea final en la secuela El Círculo Dorado” (2017). Al final, Eggsy demostraría su valor como Kingsman. Así, podrá operar como compañero de Harry.

Esta posibilidad suena muy alentadora y edificante. Sin embargo, cuando lo pienso con más detenimiento, me doy cuenta de que si hubiese sido así, se le restarían puntos al impacto del desarrollo de Eggsy. Aparte de que dejar vivo a Harry iría en contra de la naturaleza de anonimato de Valentine, del mismo modo tendría repercusión en la percepción de Eggsy sobre el concepto del sacrificio. El asesinato de quien quizá podríamos llamar “su mejor amigo”, es lo que lo empuja a continuar esforzándose en la agencia en nombre de su camarada caído. Ese es el núcleo de la saga: sobreponerse al dolor de la pérdida. Eggsy lo da todo de sí, en lo que pudo haber sido su única misión. Allí está el verdadero riesgo, compromiso, sangre, sudor y lágrimas que puede conllevar la responsabilidad de cumplir la misión. No importa qué pase. Fue una noble decisión no asesinar a su perrito JB, aunque lo demandaban sus superiores; en cambio, la pérdida de Harry lo lleva a entender que entre puños y balas, no siempre podrás salvar a todos con el corazón. Además, como dije antes, es un giro fresco a la forma en que llegamos a la batalla por salvar el mundo. Sin Harry presente, la caballerosa presencia de Eggsy en el desenlace representa el pase de la antorcha. Eggsy es el nuevo agente Galahad. Continuará el legado de su amigo, aunque siempre eso signifique recordarlo y extrañarlo.

Porque ese es el precio de ser un Kingsman.

“Un buen amigo dijo una vez: Los modales forman al hombre”. -Eggsy


¿El sacrificio de Merlín en Kingsman: El Círculo Dorado (2017) fue de veras necesario?

Por esta ocasión, no voy a profundizar mucho en la sorpresiva masacre que incluso acabó con Roxy. Antes, debo sacarme esto del pecho. La barbaridad inicial que aconteció en todo Kingsman sí que fue un detonante lleno de conmoción e intriga. Tampoco quiero socavar en que Harry revivió gracias a la ayuda de la contraparte estadounidense “Statesman”, justo poco después de su traumática muerte. Un giro del cual tengo ciertos “peros”, que me los guardaré para otro momento.

Porque camino al clímax hay una escena que se roba toda la función. Aquí, quiero hablar sobre lo que ocurrió en las afueras de Poppyland, con MERLÍN pisando una mina, al borde de la muerte. Una encrucijada aparentemente sin escapatoria. Por lo que decide disfrutar en inminentes últimos minutos de vida bajo sus propias caballerosas reglas. Recitando en voz alta una canción de su género favorito: el COUNTRY (Take Me Home, Country Roads, de John Denver). Esta última voluntad suya llama la atención de los guardias de la psicótica Poppy (Julianne Moore), quienes se acercan poco a poco al eufórico agente cuyo deseo siempre fue volverse un hombre de acción. Es una ceremoniosa despedida a lo grande, mientras que con la mirada se despide de sus mejores amigos a la lejanía. Pronto, Eggsy y Harry aprovecharán la inevitable conmoción para irrumpir con todo. Merlín finaliza su estribillo en nota alta, con los guardias confundidos muy cerca suyo. Así, Merlín da un paso al frente. La bomba bajo sus pies estalla, llevándose algunos malhechores consigo. A casa, al lugar al que pertenece.

10 Huge Movie Deaths That Totally Fell Flat – Page 9
Con todas las facultades del universo, veo muy factible que pueda volver.

Me disculpo si quienes lean esto echaron lágrimas de tristeza o de honor, ante tal noble sacrificio. No negaré que esta escena está buenísima. De vez en cuando, la revisito. Por eso, la coloqué en este artículo. Pero si la analizamos en conjunto con toda la historia de la cinta, la muerte de Merlín se me hizo muy llana y tibia. Para empezar, en términos de lógica, la encrucijada jamás la vi como algo imposible de escapar. La explosión que vemos al final no ha sido tan grande, como para que los tres no hubiesen podido huir cuando Eggsy pisó la mina por accidente. Es más, en ese momento pensé que podía ser una de dos.

Por un lado, pudo ser un chiste en el que intentaban entrar con cautela a Poppyland, pero todo les sale mal, usarían ese gel para congelar los circuitos y alertarían a los guardias por la explosión; por consiguiente, empezaría un combate en el que Merlín por fin podrá pelear y usar ese gran cuchillo que había elegido con una desbordante emoción. Con esos pocos segundos de diferencia, no hubiera sido necesario que alguien se quedara encima de la bomba.

O por otra parte, me tenían vendido con que Merlín se quedara pisando la mina, que digamos que tiene tremendo alcance; allí pudo haberse hecho un chiste de que tuvo mala suerte y una vez más no podrá ser un hombre de acción, porque tiene que quedarse quieto para que la bomba no estalle. En ese caso, Eggsy y Harry se encargarían solos. Porque incluso vemos que en la película estaban bien sin la necesidad de un tercer agente. Merlín pudo quedarse tranquilo allí. La ayuda vendría después.

Bowie Knife of Merlin (Mark Strong) as seen in Kingsman: The Golden Circle  movie | Spotern
GRAN CUCHILLO. Merlín se merecía más.

Esta vez fue fácil especular qué pasaría si un personaje no moría. Porque habían muchas circunstancias que favorecían este gran resultado. La escena por su cuenta es sorprendente, pero no me creo eso que dicen que no había otra opción. Es más, se me ocurre una tercera opción que hubiera favorecido al personaje en demasía. Una resolución satisfactoria a su subtrama de querer ser agente de campo. Vamos con mi “What If?” definitivo. Suponiendo que Merlín se queda quieto sobre la mina, en algún momento se hartaría de esperar y querría escapar de esta mini-prisión. Encontraría algún objeto o haría uso de su intelecto para que el seguro de la bomba siga firme por unos segundos, talvez con otro gadget o haciéndose algo a su zapato. Solo necesitaba un par de segundos para correr y estar a salvo. Luego de eso, recorrería todo Poppyland con rapidez, pues Eggsy y Harry ya habrían hecho casi todo el trabajo. Encontraría a sus amigos en medio de la batalla final contra el agente Whiskey (Pedro Pascal), donde haría una impresionante aparición haciendo uso de su cuchillo en la pelea. Se me ocurre que podría ser para rebanar el látigo eléctrico del enemigo. De esta forma: Merlín sigue vivo, su subtrama concluye a la perfección, demuestra ser mucho más que solo un oficinista, los tres regresan juntos a Inglaterra para construir la nueva base Kingsman.

Seguiré defendiendo hasta la tumba que Merlín pudo ser salvado. De hecho, recién a la enésima vez que veo la escena de muerte, me doy cuenta que SÍ usa el cuchillo. Pero solo para cortar las hojas de la jungla que tiene alrededor, permitiendo que los guardias de Poppy lo vean cantar. Aún así, no me convence ese payoff. Apenas pude percibirlo.

Merlín debió estar en la batalla final.

Incluso, a lo mejor en alguna futura entrega se les ocurra incluir el viaje en el tiempo, lo cual permitiría salvar a Merlín. Por un lado, tomemos como ejemplo que la franquicia es capaz de moldear y reinventar la realidad a su antojo, como lo vimos en los acontecimientos históricos de su precuela (cinta que tocaremos más adelante). Pero por otra parte, ¡este recurso del tiempo se ha visto en los cómics!

"Big Game” es una serie de historietas que funge como un evento crossover de varios personajes de la imprenta Millarworld (creada por el mismo Mark Millar, el de la historia del bar). Entre esas propiedades, está la de Kingsman. Resulta que en el tercer volumen, acontece la muerte de Eggsy, pero logra regresar gracias a un viaje temporal en el volumen #5, el cual fue el último de la saga. Cabe aclarar que los acontecimientos de los cómics no están vinculados al trabajo de Matthew Vaughn.

Pero entonces, ¿qué detiene a las películas de hacer lo mismo? Algo que también aprecio muchísimo en las películas, es en cómo abrazan con pasión las circunstancias alocadas de las situaciones. Esto sobresale en el tercer acto de “El Círculo Dorado”. Una batalla épica en una cápsula de tiempo de los años 70 con bazookas, paraguas escudo, maletines que llevan equiparado un misil, drogas contaminadas por todo el mundo… ¡Elton John pateando traseros y maldiciendo al mundo entero! La escala monumentalmente ridícula es otro de los bellos atributos de la franquicia. Pues, como dije anteriormente, se siente como esos planes macabros de dominación mundial que uno adora ver para tener una experiencia divertidísima. Ver cómo la energía y la acción rozan los límites de la realidad siempre será placentero de disfrutar.

Dicho eso, cruzo los dedos para poder ver a Merlín una vez más.

Comics donde Eggsy muere y regresa, respectivamente.


La desgarradora partida de Conrad en The King's Man: El Origen (2021) me tomó por sorpresa

Toca hablar de los inicios de la agencia. Esta precuela se remonta a los años de la Primera Guerra Mundial, en una aventura en la que predomina un drama bélico con espías, muy por encima de la acostumbrada comedia de acción. Bien podemos hablar del inicio de la cinta, con la muerte de Emily (Alexandra Maria Lara), la esposa del eventual fundador de Kingsman: Duque ORLANDO OXFORD (Ralph Fiennes). Sin embargo, en retrospectiva la puesta en escena te puede dar a entender que algo terrible estaba a punto de pasar. Por eso, en este artículo me gustaría platicar sobre la caída de CONRAD (Harris Dickinson), el hijo de Orlando. De la nada. De un segundo a otro. Una partida estresantemente desconcertante, muy dolorosa. Una revelación que sigue sorprendiendo, a pesar de que en ambas antecesoras habían usado la misma fórmula de la muerte sorpresa. Pero aquí también fue distinto. Vamos a contar cómo es que lo lograron.

En lo que a mí respecta, hablando de la escena en sí, ha sido ejecutada a la perfección. Para este punto en la película, tenemos claro que Orlando había adoptado una postura pacifista, buscando proteger a su hijo Conrad alejándolo lo más que pueda de la guerra. No obstante, después de unas cuantas desventuras cuando el mecanismo de operaciones Kingsman estaba naciendo, incluyendo la pelea contra el emblemático Rasputin (Rhys Ifans), Conrad decide perseguir sus deseos a toda costa y se enlista en la guerra. Sin embargo, gracias a su influyente padre, termina en un puesto de teniente. Pero no de soldado como lo ansía. Por eso, en secreto cambia de lugares con uno de ellos, llamado Archie (Aaron Taylor-Johnson) para que este le mande a su padre un mensaje. Lo siguiente que vemos es a Archie llegando a la mansión de Orlando para comunicarle algo respecto a Conrad.

Allí tenemos un corte. Pasamos a ver lo que parece una de las varias experiencias de Conrad en la guerra, donde poco a poco comprende los horrores que su padre le advirtió toda su vida. Después de una silenciosa batalla nocturna contra una trinchera enemiga usando solo armas blancas, Conrad acaba oculto en un hoyo en el que encuentra un soldado herido que logró dar con la información de un telegrama que motivará a los Estados Unidos a que participe en la guerra. Conrad carga al hombre y corre para volver a su trinchera. En medio de la balacera subsecuente, ese soldado muere. Por fortuna, Conrad llega a la trinchera con la información en sus manos. Por desgracia, entre los hombres aliados, uno de ellos es amigo cercano de Archie. Al reconocer que el rostro de Conrad es uno muy diferente, lo confunde con un espía alemán (para colmo, justo tiene la información del telegrama enemigo en sus manos). Teme lo peor. La cólera lo invade. Pensando solo en su amigo Archie, asesina a Conrad de un disparo a sangre fría en la frente.

Volvemos a la mansión de Orlando. El mensaje de Archie es que Conrad murió en acción, lo que desmorona al duque por completo. Todo por lo que había luchado. Lo que le prometió a su difunta esposa. Todo se perdió.

Al instante. En un acto violento de paranoia, miedo e ira desmedida. Emociones ciegas que costaron las vidas de millones de personas, en las guerras de nuestro mundo. ¿Qué tan honorable puede sonar eso?

Lo peor es que Conrad ni siquiera falleció en acción. No cayó luchando por su patria. Sucedió entre los suyos. Cuando por fin podía estar en calma y tomar un respiro. Me dejó boquiabierto. Me agarró desprevenido. He jadeado como nunca. No lo puedo creer. Te convencen que el mensaje de Archie en un principio iba ser más llevadero u ocurrente, pero terminó convirtiéndose en una antesala para la catástrofe. Disparo. Cámara lenta. La música para. El mundo de Orlando fue destruido. Ahora, sin más familia que perder, abandona sus juramentos para encarar la guerra como un caballero (al estilo Kingsman). Recuperándose de una comprensible etapa de depresión, se prepara cada acabar con los planes de conspiración de una vez por todas.

Es la muerte más dolorosa. La más explícita. Vemos más de cerca el daño irreversible que se acaba de cometer.

Si bien en este apartado me tardé más en contar el contexto de la escena, curiosamente explicar su “What If?” no será tan complicado. Al contrario, es sencillo. Si Conrad vivía, no existiría Kingsman. Por más cruel que parezca, esta pérdida ha sido el detonante para todo lo que veríamos posteriormente. La agencia nació en base al dolor de muchos padres que perdieron a sus hijos en La Gran Guerra. Orlando fundó KINGSMAN para proteger las futuras generaciones, en honor a su difunta familia. Los icónicos nombres clave de los agentes vienen de la fascinación que tenía Conrad por el Rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda (Arthur, Galahad, Merlin, Lancelot, etc.).

Su trágica muerte significó un nuevo punto de inflexión para Orlando Oxford. Fue un factor clave para solidificar la operación de las mucamas encubiertas, a un nivel más avanzado. Una agencia internacional, nacida del puro amor que todo padre tiene por su hijo. Sin ella, Orlando no se hubiera inclinado a combatir contra el jefe final de la película (Matthew Goode). La Gran Guerra no hubiera cesado. El mundo no hubiera conocido nuevamente una oportunidad de paz.

Por el momento, es la ÚNICA PARTIDA DEFINITIVA. La más dolorosa. Frustrante. En medio de una esencia deliciosamente absurda, yace un sentimiento colectivo de pérdida y sacrificio. El corazón de todo KINGSMAN. El equipo de Orlando, Polly (Gemma Arterton) y Shola (Djimon Hounsou) puso la primera piedra en un camino que traerá constantes remembranzas de los horrores vividos en las primeras décadas de los 1900. Y aun así, el cruel entrenamiento de Eggsy no se compara con lo que se puede perder cuando el destino del mundo está en juego. Sin importar lo que pase, el espíritu está en mantener la compostura.

La saga KINGSMAN enseña a tener un balance entre los sentimientos, al compás de una mente fría en las situaciones más agobiantes. Emergiendo de la pérdida. Servir y proteger para que nunca vuelva a repetirse. Ese es el corazón detrás de estas historias apasionantes.

Para ti, Conrad. Tu padre piensa en ti. Hace esto por ti. Siempre ha sido así.

Amo mucho la camaradería entre los Kingsman.


Reflexiones finales

Hablar solamente de las muertes era mi plan inicial con este artículo, por lo que me disculpo. Me extendí de más en relatar un poco del contexto detrás de esta saga explosiva de acción y espionaje. Sobretodo, en declamar mi admiración por estas películas. Es que, como solté al principio, llevo a KINGSMAN en mi corazón. Ahora me doy cuenta que una parte de mi identidad consiste en tener un gran aprecio por las comedias irreverentes con una estética que denota lujo, caballerosidad y elegancia: atributos que también explican mi amor por las películas de misterio con Daniel Craig desde “Knives Out” (2019), de las cuales ya escribí artículos antes.

Pero volviendo a KINGSMAN, admiro su compromiso total y sincero con la locura que prometen sus premisas. En todas tenemos a megalómanos caricaturescos con ambiciones globales, peleas con coreografías despampanantes en locaciones bastante juguetonas, gadgets que rememoran una época antigua del género. Eso es justo a lo que Vaughn aspiró: un retorno lleno de frescura a la tecnología de punta, villanía desenfrenada y subtextos sexuales que rayan a ser tanto un homenaje como una ácida sátira a los clichés de las cintas de espías. Y claro, por esta ocasión, sus peculiares escenas de muerte (cada una impactante a su manera) son algo que siempre voy a recordar. Un factor ligado al peso de la pérdida y sobreponerse ante ellas. Una carga que todo KINGSMAN lleva consigo por un bien mayor. Ese es el núcleo de la franquicia.

Pero lo más importante de todo, fue aprender a expresarte y comportarte como un caballero.

Porque los modales… forman… al hombre.


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Crítica The King's Man: La primera misión 2021 : una vibrante lección de  historia...
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