La semana pasada se estrenó en algunos cines de Estados Unidos y Latinoamérica Super/Man: The Christopher Reeve Story, un documental sobre la vida del actor que interpretó al icónico personaje de DC a mediados de los 80. Su historia, marcada por una impactante tragedia también estuvo llena de momentos gratos (como muestra el documental), pero sin duda uno de los aspectos más bonitos fue la amistad que mantuvo con Robin Williams. Poco se habla del bromance que hubo entre Williams y Christopher Reeve, pero de eso les contaré más en el siguiente artículo.
En las últimas dos décadas cuando se habla de Christopher Reeve o Robin Williams normalmente es por algo vinculado a sus respectivas muertes, o las circunstancias por las que ocurrieron. Pero durante un tiempo, justo antes de los tristes acontecimientos, ambos actores dieron mucho de qué hablar, no sólo por sus trabajos como intérpretes, también por sus acciones altruistas y, obviamente, por la amistad que los unió a ambos.
Robin Williams ayudó a salvarle la vida a Christopher Reeve
Hace un par de días, debido al estreno de Super/Man, una entrevista de Christopher Reeve se volvió viral. En el fragmento que ha rodado por todo Internet, el actor le describe a la periodista Barbara Walters cómo fue su encuentro con Robin Williams en el hospital tras sufrir el accidente.
“A medida que se acercaba el día de la operación, cada vez resultaba más doloroso y aterrador soportarlo” Reeve había narrado esto una vez en su autobiografía Still Me. “Aún cuando habían intentado protegerme de la verdad, ya sabía que sólo tenía un cincuenta por ciento de posibilidades de sobrevivir a la operación. Me tumbé, congelado, sin poder evitar los pensamientos más sombríos. Entonces, en un momento realmente oscuro, la puerta [de la habitación en el hospital] se abrió de golpe y entró apresuradamente un hombre con un gorro azul y una bata quirúrgica amarilla y gafas, hablando con acento ruso. Anunció que era mi proctólogo y que tenía que examinarme inmediatamente. Mi primera reacción fue pensar que, o había tomado demasiados sedantes, o que tenía un daño cerebral. Pero era Robin Williams. Él y su esposa Marsha... Y por primera vez desde el accidente, me reí. Mi viejo amigo me había ayudado a saber que de alguna manera iba a estar bien.”
Williams también llegó a mencionar aquel encuentro desde su perspectiva, diciendo “Cuando entré en su habitación del hospital y le hice reír por primera vez, fue como si volviera a encenderse una luz en sus ojos. Fue uno de los momentos más bonitos de mi vida, saber que podía hacerle sonreír de nuevo después de todo lo que había pasado.”
En Super/Man, cuentan que después de aquel fatídico accidente en 1995 en el que Reeves quedo cuadraplegico, el actor pensó entre elegir vivir o morir. Su esposa Dana fue la primera en alentarlo a seguir hasta el final, una idea secundada por Williams.
Después de aquella visita al actor en el hospital, Reeve asegura haberse dado cuenta que no sólo, tenía a su esposa e hijos, pero también tenía amigos que se preocuparon genuinamente por él, como Robin y Gregory Mosher. Según sus propias palabras, en ese instante, fue cuando pensó: “[Mi vida] será diferente, todo un reto, pero aún puedo reír, aún queda algo de alegría.”
Ambos actores siguieron siendo amigos hasta la muerte de Reeve pero ¿cómo comenzó todo? ¿dónde surgió una de las amistades más genuinas de Hollywood?
Dos aspirantes a Juilliard, una amistad para recordar
Su amistad surgió en la prestigiosa escuela Juilliard, en 1973. Ambos fueron parte de los pocos afortunados en ser elegidos en el prestigioso programa de John Houseman.
En aquel momento, eran dos aspirantes, pero fue Williams, con su original vestimenta y rápida forma de hablar, quién capturó la atención de Reeve. Según contó en su autobiografía, durante aquel encuentro no hubo un momento en el que Williams dejara de hablar, de hacer voces o imitar acentos.
Williams no sólo dejó boquiabierto a quien más adelante se convertiría en su mejor amigo, también lo hizo con sus demás compañeros y profesores. Excepto uno, Michael Kahn, quien tuvo dificultades al principio para comprender la inmensidad del talento de Williams. No fue hasta su trabajo en La noche de la iguana, de Tennessee Williams, durante una clase de tercer año, cuando Kahn aprendió a apreciar las habilidades del actor.
Durante aquellos días, Christopher y Robin se hicieron muy buenos amigos, compañeros de habitación incluso. De hecho, hay una leyenda que asegura que ambos actores hicieron un pacto: el que irrumpiera primero en Hollywood, ayudaría al otro a hacerlo.
Dos alienígenas icónicos
La vida de ambos actores parecía estar conectada más allá de su amistad. Efectivamente, los dos irrumpieron en Hollywood casi al mismo tiempo, por allá en 1979, dando vida a dos alienígenas. Reeve conquistaba la pantalla grande como Superman/Clark Kent, convirtiéndose en un rostro conocido a nivel mundial. Mientras que Robin Williams se convirtió en el favorito del público gracias a su interpretación de Mork en Mork & Mindy. Y aunque ninguno de los dos tuvo que ayudar al otro en su ascenso a Hollywood, su amistad igualmente prevaleció en el tiempo.
Su primera interacción pública como verdaderas estrellas y amigos ocurrió en la gala de los People's Choice Awards cuando Reeves le entregó a Williams el premio como Nuevo Actor Favorito por Mork & Mindy.
Sin embargo, cuando las cámaras no estaban a su alrededor, la amistad entre ambos seguía siendo muy genuina. Glenn Close, amiga de ambos, contó recientemente una anécdota que ella misma presenció cuando Reeve apareció en el set de The World According to Garp, volando su propia avioneta, para buscar a Williams y pasar juntos un fin de semana entero. La actriz concluye la historia diciendo que “eran días de euforia para ambos. Estaban en la cima del mundo. Vivían el tipo de vida rápida y alocada que nuestro negocio puede ofrecerte si te conviertes en un fenómeno salvajemente famoso prácticamente de la noche a la mañana.”
Y Glenn tenía razón. De hecho, después de que Christopher Reeve alcanzara un nivel aún más alto de fama con Superman II, él y su familia decidieron mudarse a Williamstown, Massachusetts, donde trabajó en el teatro, específicamente en la obra The Front Page. Y sí, el único rostro famoso que asistió a una de sus presentaciones fue Robin Williams.
Una amistad para recordar
Después del accidente de Christopher Reeve, Williams aprovechaba cualquier oportunidad para destacar la valentía de su amigo. A pesar de su condición, optó por trabajar y aportar los recursos necesarios para investigar y encontrar una solución a los problemas motores causados por lesiones de columna. Williams incluso participó muchas veces en eventos caritativos organizados por la Fundación de su amigo, Christopher Reeve Foundation.
Lamentablemente, Reeves falleció en 2004. Unos meses más tarde, cuando Williams fue reconocido con en los Globos de Oro, con el galardón Cecil B. DeMille, aprovechó la oportunidad para hacer mención a su mejor amigo: “Quiero dar las gracias a una persona muy especial. Esta noche dedico este premio a la memoria de un amigo mío, Chris Reeve. Te echo de menos. También digo, que los vuelos de los ángeles no cesen hasta tu descanso, Dulce Príncipe. Buenas noches.”
Una década después del fallecimiento de Reeve, Williams se suicidó.
A propósito del estreno de Super/Man, ha salido a relucir una declaración de Glenn Close, sobre ambos actores: “Su amistad, su conexión, es material de leyenda. No sólo perduró, sino que se convirtió en una fuerza vital que los sostuvo a ambos. Estoy convencida de que si Chris siguiera con nosotros, Robin también lo estaría.”
En un lugar como Hollywood donde abundan historias alarmantes e incluso bastante inquietantes, genera genuina alegría ver que también hay lugar para amistades eternas como la de estos actores.
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