La trilogía de las madres: ¿Cree usted en brujas?

Treinta años después del estreno de Suspiria (1977) llega el estreno de la Terza Madre (2007) film que completa la saga de lo que conoce como la trilogía de las madres. Treinta años han pasado del estreno de Suspiria (1977) obra cumbre de terror del maestro italiano Darío Argento y de la construcción de un cine de terror único y estilizado. En clara presencia de un cambio de época y de sensibilidad, vuelve el genio italiano a presentar un nuevo film. Y no cualquier film sino uno de los más esperados para los fanáticos del género como para los que no. Con el paso del tiempo Argento se consolidó no solo como un director notable de cine de terror si no que se ha afianzado como un autor con un universo propio y de obsesiones muy marcadas. En 1977 se estrenó Suspiria, en 1980 Inferno y muchos años más tarde en el 2007 La Terza Madre.

La trilogía de las madres es una manera, a la manera de Darío Argento de presentarnos el horror y lo hace de una manera fantástica y violenta. El auto basa su trilogía en las tres Madres de la obra de Quincey, Mater Supiriorum (La madre de los suspiros), Suspiria. Mater Tenebrarum (La madre de las tinieblas) Inferno y Mater Lacrimarum (la madre de las lágrimas, La terza madre. Todas ellas conforman un trio de brujas que viven en distintas capitales mundiales e intentan desde su lugar controlar el mundo. Según Wikipedia Suspiria es: “una película de terror sobrenatural de 1977 dirigida por Darío Argento, coescrita por Argento y Daría Nicolodi, parcialmente basada en el ensayo de Thomas de Quincey de 1845, pero Suspiria es mucho más que esa definición, se convirtió en una obra de arte de la historia del cine posicionando a Darío Argento como un director reconocido a nivel mundial.

Inferno de 1980 es la segunda entrega de esta trilogía, y momento en el cual se convierte como tal, ya que Suspiria no estaba pensada como algo que fuese a continuar. En el año 2007 y justo en el trigésimo aniversario desde el estreno de la primera parte se estrena la Terza Madre. Darío Argento se presenta cual rock star en el Festival de Cine de Roma, en el que desfilo con su hija Asia por una particular alfombra negra rodeada de fanáticos. La terza Madre cierra la trilogía dedicada a las brujas. Fue un evento especial con la proyección de Suspiria e Inferno, y el concierto de Claudio Simonetti, histórico compositor de las películas del director.

La terza Madre reunió de forma excepcional a Darío con Daria Nicolodi, ex mujer del director y madre de Asia Argento, tanto Daria como Asia se han convertido en musas del autor. Con el formato de un cuento fantástico, entendiéndolo a este como a un relato que dispone de elementos sobrenaturales, la trilogía de las madres se postula como un tridente deslumbrante dentro del género.

En la última entrega se puede encontrar las mismas Ideas, mismas obsesiones, pero con una factoría diferente. La Terza Madre no está a la altura ni de Suspiria, ni de cerca de la oscuridad de Inferno (1980), más allá de eso no deja de ser una gran película que culmina con el universo fantástico planteado desde el comienzo y cierra la trilogía.

El cine de Darío Argento, logró un punto de inflexión con la realización de Suspira. Hasta ese momento venia experimentando con maestría el giallo. En Suspiria cuenta con la colaboración de guion de por entonces su mujer, la actriz y guionista, Daria Nicolodi y ambos concibieron esta pieza de arte. La segunda parte de esta trilogía es la concreción de una ambiciosa idea que explora los límites plásticos, estéticos y de dirección. Es la historia de una estudiante de ballet americana, Suzy Bannion (Jessica Harper) que decide ir a estudiar a Alemania, a la Academia Tanz. Allí empezará a ser testigo de terribles asesinatos que le harán descubrir un complot sobrenatural.

La plasticidad de la puesta en escena, lo barroco y lo gótico conviven en esta trilogía y en su cine en general, pero especialmente en esta saga. Una puesta en escena artesanal con trabajo especialmente minucioso en el detalle de las muertes, logra con espectacular belleza, ahorcamientos, decapitaciones, la mutilación o la agonía de un personaje. El punto de vista, la iluminación, la utilización de los colores, y fundamentalmente lo sonoro hacen que las escenas de las muertes se conviertan en una obra de arte cual obra pictórica del renacimiento. Darío Argento imprime sus más profundas obsesiones con extrema rigurosidad en los planos y la puesta en escena. El barroquismo, el exceso en la imagen, la música envolvente hace de sus películas pesadillas salidas de la mente un artista alucinante.

En Suspiria, la banda de sonido compuesta por Goblin, grupo italiano de rock progresivo crean una atmósfera de pesadilla, la llegada de Susy al aeropuerto, el viaje en taxi bajo una lluvia torrencial, el escape de una estudiante por el bosque parece salido del mismo inconsciente del director. Todo es hipnótico y cautivante. En la escena en la que el ciego es echado del instituto dice “Yo no veo, pero escucho lo que pasa acá” deja entrever lo que sucede y el mundo de aquelarre que lo rodea, poniendo luz ante la oscuridad del lugar, y pago con su vida aquella revelación. El cuento con tintes fantásticos y sobrenaturales es un clásico de la literatura y del cine. Argento ha contado que para realizar Suspiria tuvo como fuente de inspiración al cuento de Blancanieves.

Reformulado de manera perversa, plantea un universo de magia y de oscuridad. La brujería o la utilización de la magia negra viene de tiempos ancestrales y de esta mitología se sirve argento para desarrollar sus historias, las brujas siempre han sido personajes temidos, la figura de la mujer y con un conocimiento de alquimia ha sido siempre una amenaza.

La hechicera es una mujer que, mediante sus conocimientos, con o sin pacto con el demonio, puede provocar maleficios y enfermedades, y también curarlas. Darío Argento toma estas ideas para llevar a cabo esta demencial obra de arte. Este autor ha sido comparado por sus técnicas de realización con Alfred Hitchcock. Ubica a los personajes y al espectador en una lucha por encontrar un modo de escape, encontrar la manera de huir, de salir de estas situaciones en las cuales se ven involucrados.

Estamos ante la presencia de un espectador seducido y cautivo ante la estilización de la violencia. Argento nos interpela con imágenes de ensueño y nos decapita, nos enreda entre alambres de púa, nos ahorca o nos perfora los ojos en un estado de completo embrujo. La arquitectura tiene un rol fundamental en sus films, especialmente en esta trilogía, esas grandes construcciones y edificios juegan un rol principal, son personajes dentro de la diégesis. Sus fachadas, sus interiores son universos en sí mismos, organismos vivos, con latidos, ojos y oídos dispuestos a acechar a su presa hasta la locura. Castillos embrujados que seducen a cada segundo y en cada fotograma.

Suspiria transcurre en una vieja casa del siglo XVI t en Friburgo. Es la Haus zum Walfisch, la casa de la Ballena, ecléctica y singular. Inferno es la segunda entrega de la trilogía, la más oscura de las tres, con una imagen gótica, expresionista y de fuerte contundencia visual. Escenas como la inicial que abre el film, la inmersión de Rose Elliot en aguas de terror en busca de su prendedor, o la escena del señor Kazanian que es comido por las ratas son hitos en la historia del cine. La casa que hospeda a esta joven poetiza es de lo más tenebroso y cual castillo embrujado guarda los secretos de un viejo aquelarre.

Entre espejos, sombras, susurros, luces y contraluces convierten al film en una ópera siniestra digna del mejor cine de Argento. Si bien la última entrega, La terza madre, no está a la altura de las primeras, no es una obra menor y corresponde al periodo crepuscular del autor, y está también inmerso en un contexto en el cual el cine de terror no estaba pasando su mejor momento. A modo de reflexión, se puede decir que estamos siendo contemporáneos de uno de los mayores exponentes en la historia del séptimo arte. El artificio, lo artesanal y el amor por el cine constituyen el verdadero embrujo.