Los Anillos del poder: una serie de fantasía del montón

Las adaptaciones pueden ser de obras literarias o teatrales, cómics, videojuegos, juegos infantiles e incluso reconocidas atracciones de parques temáticos.

En el caso de las adaptaciones literarias consiste en llevar a la pantalla una novela, una historia breve o un poema.

En el 2017 Amazon anunció que había adquirido los derechos de el Señor de los Anillos, que a su vez había una demanda que Tolkien State puso en contra de Warner (dueña de New Line) por no estar recibiendo suficiente porcentaje por la trilogía. Uno de los puntos del acuerdo que llegaron fue que se ofrecerían los derechos para una serie para plataformas, con un punto de partida de 200 millones de dólares que finalmente fueron 250.

El propio Jeff Bezzos apoyó la compra, convencido de que era una perfecta manera de competir contra Game of Thrones y Warner Bros. Television, en teoría la coproductora por ciertos motivos, abandonó el proyecto. Prime Video comenzó a escribir los guiones, en contra lo dicho, que no se puede adaptar “El Silmarillion” y "Cuentos inconclusos.

Pero… ¿Qué fue lo que se adaptó exactamente? El experto en Tolkien Tom Shippey, quien supervisó el desarrollo inicial de la serie, afirmó que Tolkien Estate solo había dado permiso a Amazon para ambientar su historia en la Segunda Edad de la Tierra Media, más de tres mil años antes de la Tercera, donde se ambientan las películas de Jackson.

Las películas exploran la destrucción del Anillo Único, pero antes de eso nos cuentan que Galadriel fue uno de los tres elfos que recibió un Anillo de Sauron. Sin embargo en “Los Anillos del Poder” no mostrará nada de eso a causa de los derechos de la obra, así que no le quedan de otra mas que contar historias que no existen en la obra de Tolkien. El “Silmarillion” y “Cuentos inconclusos” pueden usarse como trasfondo.

El Tolkien Estate afirma que no se puede cambiar la estructura ni los hechos clave de la Segunda Edad, pero sin volver a contar las historias ya creadas.

Dicho de otro modo: Amazon puede inventar lo que quiera, siempre y no contradiga lo que creo Tolkien. Es el trato al que ha llegado la plataforma, un auténtico “campo de minas” tal como lo describió Shippey y al cual se reduce a una cosa: Amazon ha pagado por una marca. Pero ahora Middle- Earth Enterprises es propiedad de Embracer Group empresa que adquirió los derechos de las obras de Tolkien, así que la “maraña” legal está lejos de despejarse.

La serie en si es una de las más caras que se han producido, pero aun así eso no se ve reflejado en el guion, es bastante pobre, las actuaciones dejan que desear, las historias son incoherentes, el vestuario es de mala calidad, además de su insistencia de empoderar a las mujeres haciendo menos a los hombres, cuando la trilogía iban a la par. En donde si se ven invertidos esos millones son en los efectos visuales, pero hasta ahí.

Tolkien se interesó en la filosofía, la religión, especialmente el catolicismo, y la mitología, especialmente la nórdica, por lo mismo es uno de los grandes desaciertos de la serie fueron el cambio de imagen de los personajes.