Introducción
Si uno habla del cine clásico europeo, habla de Brigitte Bardot, está actriz es tanto un ícono sexual como de culto cinematográfico. Con una carrera y una vida que preceden el cine, siendo por ejemplo la mujer a la que muchos le atribuyen que el pueblo pescador de Saint Tropez, en la côte d'Azur, se haya convertido en lo que es hoy, una cuenca del turismo de lujo.
Vida de Bridgitte Bardot
Brigitte Bardot nació en París el 28 de septiembre de 1934. Actriz, y cantante francesa, ícono de la moda y símbolo sexual de mediados del siglo XX. Activista de los derechos de los animales, fundadora y presidente de la fundación que lleva su nombre.
Con 48 películas en su haber y más de 80 canciones en 21 años de carrera, Brigitte Bardot, también conocida por las iniciales "BB", es una de las artistas francesas más exitosas que puso fin a su carrera como actriz en 1974 para dedicarse a la defensa de los animales.
Actualmente vive en Saint-Tropez, Francia, alejada del mundo, que para ella, sólo ha ido de mal a peor.
Brigitte Bardot es la francesa más sensual en la historia de su país, y eso que si un país ha sido la capital del amor y los deseos es precisamente Francia.
Brigitte tenía unos labios naturales como los quisieran tener millones de mujeres. Cómo la adoraban, cómo la envidiaban, cómo la seguían, cómo la amaban, cómo la odiaban, cómo la reverenciaban, pero, sobre todo, cómo consumían todo lo que tuviera que ver con esta "depredadora y víctima de sus depredadores", como la llamó Simone de Beauvoir, que escribió un libro sobre este fenómeno sexual. Cuando apareció La Vérité, en 1960, Brigitte fascinó al mundo, sobre todo en la escena en que se escucha un chachachá y podemos verla seguir el ritmo bajo las sábanas de su cama: "Yo tengo una muñeca de boca chiquita,/ que dice te quiero, te adoro, mi vida, mi cielo, mi amor". Esta escena es la favorita de sus fans, y para muchos es una de las más eróticas del cine. ¿Habrá visto la cinta el general De Gaulle? Sin duda, no por nada la eligió, en 1968, como modelo para la Marianne, la figura alegórica de la República Francesa.
Era tanta la curiosidad por Brigitte, que su asistente vendió por 50 millones de francos una biografía en la que contaba la vida privada de la actriz. Mientras rodaba La Vérité, Brigitte conoció a su segundo esposo, Jacques Charrier, el padre de Nicolas, su único hijo. Desde su nacimiento, la nana casi se apoderó de él y durante tres años no lo vio. Con razón pensaba que no tenía sentimientos maternales, de ahí que escribiera: "J'aurais préféré accoucher d'un petit chien" ("Hubiera preferido parir un pequeño perro"). Sin embargo, en su tiempo hizo que todo el mundo perdiera el corazón por ella, pero, a su vez, dejó todo por sus pasiones, se enamoró cientos de veces. Y era tan extrema en sus sentimientos que dicen que en varias ocasiones estuvo a punto del suicidio. Hoy, esta musa del cine francés vive en Saint Tropez, al sur de Francia, y en su casa cuida a cientos de animales abandonados; si la entrevistan, es para escucharla hacer comentarios racistas y en contra de los extranjeros. Ha dicho: "Si me gustara más el mundo de hoy, quizá no viviría tan apartada".
Brigitte ha dedicado muchas horas a escribir sus memorias, por lo que sabemos mucho de su intimidad y sus opiniones. Cuando apareció su libro Iniciales B.B. (Norma, 1996), sus admiradores esperaban hallar una vida llena de glamour, pero eso era lo que menos interesaba a Brigitte; su verdadero tema era la contradicción entre su figura pública y su vida personal. Una era la Brigitte actriz, que debía trabajar intensamente; otra era la esposa que buscaba la atención de su esposo, Gunter Sachs, y, finalmente, otra era el sex simbol. De todas sus facetas, esta última era la que menos le gustaba. Tenía que arreglarse e ir con su esposo a cocteles, en los cuales se hablaba de arte contemporáneo y de las personalidades de moda. "Fuera de Salvador Dalí, para mí todo era una estafa", decía.
Gunter fue su tercer marido, con el que estuvo casada de 1966 a 1969. Cuando se conocieron, hubo entre los dos un flechazo. Para ese joven heredero de una inmensa fortuna, Brigitte era lo más maravilloso del mundo, así que un día mandó que deshojaran 10 mil rosas y que arrojaran sus pétalos desde un helicóptero sobre la mansión de ella. Pero apenas se casaron, Brigitte dejó de ser una prioridad. Ella lo buscaba, le escribía, lo procuraba, pero Gunter siempre tenía algo más importante. Con ese marido tan indiferente, era lógico que se sintiera desprotegida. Mientras rodaba A Coeur Joie, en 1967, el director le contó cómo vivían los perros abandonados en los asilos. Esa noche, la actriz no pudo conciliar el sueño, pensando en los cachorritos, en su soledad y en el maltrato que pasaban. A lo mejor ella misma se sentía un perrito abandonado. Cuando le avisó a Gunter que se iba a visitar un asilo para perros, él le dijo que estaba loca. No es exagerado decir que en esos asilos esta excéntrica actriz halló su verdadero amor. Desde entonces, se dedica a velar por los animales.
Por último, nos preguntamos ¿cuál es la mejor película que rodó Brigitte Bardot en los años 60? Sin duda, Le Mépris (El desprecio, 1963), dirigida por Jean-Luc Godard. Desafortunadamente, creemos que no tiene conciencia del talento de Godard. "Acepté a pesar de que sabía que Godard iba a deformar la novela de Alberto Moravia. Era una apuesta conmigo misma. Godard estaba en las antípodas de todo mi mundo". El desprecio es una película de cuestionamiento, pero Brigitte escribió: "No di nada profundo de mí, me limité a hacer lo que me decía el director". Con razón Godard pensaba que sería feliz si pudiera filmar sólo con maniquíes. Por suerte, del talento de Godard y la seductora frivolidad de la Bardot salió una maravillosa película.
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