Lunfardo: dícese de la jerga originada en la región del
Río de la Plata (Buenos Aires y Montevideo) a mediados
del siglo XIX, y que según el reconocido escritor argentino
Mario Teruggi es “el habla popular argentina compuesta
de palabras y expresiones que no están registradas en
los diccionarios castellanos corrientes”.
Muchas veces se le suele criticar al cine argentino por no poner en foco a otros dos actores que no sean Ricardo Darín y Guillermo Francella, algo bastante parecido (quitando las diferencias sociales, económicas, etc.) a lo que sucede en Estados Unidos con leyendas como Robert De Niro o Al Pacino, por citar a dos de los más conocidos cuando se pregunta por cuáles son los “mejores actores”. Quizás confundimos mejores con populares y entonces quitamos inconscientemente de la ecuación a decenas de artistas que se esfuerzan diariamente por ser reconocidos, algo que en Argentina es más fácil de hacer gracias a la cultura del populismo que se expandió desde mediados de los 80s hasta la fecha.
Dentro de este debate más “interno” del asunto, cuando nos preguntamos quien es mejor en tierras argentinas, yo siempre me inclino para el lado de Francella. Me parece un actor que puede pulir más variantes que Darín sin caer en lo redundante o lo repetitivo, así como lo supo demostrar en ‘El Clan’ o ‘Animal’, por citar algunos títulos en los que se despojó de la etiqueta de comediante sarcástico que tan bien ha sabido demostrar en roles como el del icónico Pepe Argento en 'Casados con Hijos', o yéndonos más lejos en el tiempo con su inolvidable rol en ‘Pone a Francella’, un programa que hoy en día sería inmediatamente cancelado por sus sketch políticamente incorrectos.
En ‘El Encargado’, una de las tantas series creada por la dupla de realizadores Mariano Cohn y Gastón Duprat, Guillermo Francella interpreta nuevamente a su ya icónico personaje Eliseo Basurto, un nihilista, egoísta, manipulador, maquiavélico, y hasta me animaría a decir misántropo encargado de edificio que temporada tras temporada se pone un claro objetivo en mente para poder tener el control absoluto de su vida, y de tanto en tanto el de los demás también. El éxito del show televisivo (¿acaso sigue existiendo ese término?) recae en su mayoría en la interpretación del reconocido actor y los matices que se van explorando de su Eliseo a medida que las ambiciones del propio van aumentando.
Una de las tantas cosas que se les reprocha (y me incluyo en la enorme lista) al cine y las series argentinas son la construcción y el estudio de personajes. No veo desde mi perspectiva personajes realmente memorables -o quizás no la cantidad que me gustaría que haya- sacando algunos casos. Los que siempre perduran terminan siendo aquellos que reflejan un panorama más macro que micro, es decir, no se busca explorar lo interno de estos personajes en relación al mundo exterior sino más bien ponerlos en contextos donde la suma de todos los elementos terminen siendo importantes, incluyendo al personaje. Puede sonar rebuscado, entonces para ser menos pretencioso en mi escritura puedo resumir que no veo una profundización de la psicología de los personajes, sino que como argentino me siento identificado por cómo estos se relacionan con los demás.
Por poner un ejemplo, las malas palabras y las groserías en los diálogos son una de las claves del triunfo. En ‘El Encargado’ debe haber una mala palabra cada ocho o diez y eso hace que sobre todo la audiencia autóctona pueda empatizar con la historia, pero el agregado de Eliseo y la exploración de sus decisiones son para mi la clave del éxito de la serie. ¿Hasta donde puede llegar este meticuloso encargado de edificio para poder tener el control? Es en esa búsqueda donde tenemos una expansión de esta idea del “desconocido que subió en el poder” (una clara referencia al mandato actual de Javier Milei como Presidente), y cómo su anonimato se difumina mientras se esparce en el boca a boca una figura que va cobrando mayor notoriedad, tanto en el barrio como en el país en general.
Las intenciones por hacer claras de que lado de la grieta se encuentran los showrunners en esta ocasión se hacen más fuertes que nunca con algunas referencias y críticas al sistema sindicalista, a cómo se genera empleo en el país (algo que los planes de Eliseo ponen en tela de juicio debido a su extorsivo y maquiavélico modus operandi) y a cómo nos relacionamos con los demás cuando está todo en juego. Prefiero no ponerme de ningún bando ya que las formas que se emplean para llegar al poder (en el caso de Eliseo) resultan bastante cuestionables, pero entiendo el mensaje y la intención. Así como se crítica que existe mucho “cine zurdo” en la Argentina, puedo decir que ‘El Encargado’ actualmente es el representante absoluto de la derecha.
Dejando de lado la impronta anti-populista que Cohn y Duprat han desarrollado por muchos años, jamás se pierde de eje lo importante, que es el desarrollo de Eliseo en su ascenso al control de los edificios que lindan la manzana en la que vive. La serie, compuesta de capítulos de 30 minutos en los que no se desperdicia ningún momento, nos muestra los secretos y las maniobras logísticas de una potencial mente criminal. ¿Acaso en la cuarta temporada tendremos el desequilibrio y quiebre definitivo de la mente de este peculiar encargado de edificio? Mientras tanto disfruten de este gran show argentino, que de escribir me encargo yo.
¿DONDE LA PODES VER? Las tres temporadas se encuentran disponibles en DISNEY PLUS
POR JERÓNIMO CASCO
Publicado el 23 de AGOSTO del 2024, 20.05 PM | UTC-GMT -3
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