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El poder del perro, de Jane Campion ¿Final inesperado?

Si fue el gran Fiódor Dostoievski el creador de la voz narradora “poco confiable”, creo que, con esta película, Jane Campion nos demuestra que, como espectadores, cada uno de nosotros podemos ser, igualmente, “poco confiables” (o tal vez se trate de una característica de la novela original y homónima, de Thomas Savage, en que se basa la película). En este caso, el “final inesperado” no se produce, tal vez, por nada que ocurra en la pantalla, sino por cierto resorte interno que se nos puede disparar hacia el desenlace de la historia, cierta pérdida de subjetividad, una sensación de que la realidad se impone a pesar de nuestros criterios, de que las cosas siempre terminan cayendo por su propio peso.

Los hermanos Phil (Benedict Cumberbatch) y George (Jesse Plemons) Burbank, son prósperos, aunque no excesivamente acaudalados, rancheros en el Montana de inicios del siglo XX.

A diferencia de su hermano, George es un hombre plácido, ecuánime y bondadoso, que pronto se enamora de Rose (Kirsten Dunst), la posadera del pueblo, que tiene un hijo adolescente, Peter (Kodi Smit-McPhee) y problemas de alcoholismo.

Rápidamente tomaremos partido por George, ante los embates de su hermano Phil, que insiste con que Rose se interesa por aquel nada más que por su dinero. Pero también pronto George y Rose se casan, y tanto estos como Peter se instalan en el rancho que el primero comparte con su hermano.

Phil es un hombre grosero, voluble, antipático, poco sociable, en claro contraste con la humildad y bondad de su hermano George. La convivencia con los nuevos integrantes de la familia y con su hermano será difícil por y para Phil. Se burla de Peter, por encontrarlo “afeminado”, en un mundo caracterizado por la (¿supuesta?) tosquedad masculina, propia de la vida de campo.

Contrariando las suposiciones de Phil, Rose no parece mayormente interesada por el confort que su matrimonio le implica, ni menos enamorada de su marido, George, pero ella tiene un problema grave: su dependencia con el consumo de alcohol.

De otro modo, su hijo, Peter, parece verse favorecido con la nueva situación, resultado del casamiento de su madre. Al menos, logra entrar a la Universidad, en la carrera de Medicina, algo que parece no hubiera podido suceder solo con los ingresos de la posada.

Volviendo al nudo del conflicto, entonces, esto es la presencia de Phil, que malogra lo que de otro modo, quizá, podría ser la felicidad de una sana convivencia. Phil es el problema principal de la trama, la discordia, lo que no debería estar.

Sin embargo, y a pesar de los disgustos que provoca, Phil no produce cambios radicales en la vida de nadie. Resulta perturbador, pero no es un psicópata violento. En todo caso, es un ser torturado en su fuero interior. Algo ocurrió en la vida de Phil. No siempre fue un tosco ranchero, de hecho, alguna vez fue universitario en Yale. Tuvo una relación importante en su vida con un mentor, también ranchero, ya fallecido. Por momentos, Phil evidenciará actitudes homosexuales, aunque en ningún momento a él se le ve predispuesto a asumir de manera consciente. Se bloquea en su fuero interno, se niega a enfrentar sus impulsos; sostiene una máscara social de hombre aguerrido, que es como una coraza.

Como en toda gran película, hay algo de inexpresable, de indecible, respecto de la consecución secuencial de la trama. No vamos a generar spoilers. Peter vuelve de la Universidad, la relación con su tío Phil cambia, mejora. ¿Será esto un principio de solución? ¿Se integrará finalmente Phil a su familia?

No. Lo que en algún momento pudimos sospechar podía llegar a ocurrir entre los hermanos, Phil y George, termina siendo en la relación entre tío y sobrino. Y sucede de la peor manera. ¿Se trata de un final inesperado para la trama? No, era perfectamente previsible, pero había que poner mayor atención de la que estamos predispuestos a poner cuando encaramos una película. Se trataba de descubrir quién era el verdadero monstruo.

«¡Libra mi alma de la espada, y del poder del perro mi vida!», dice la Biblia. Líbranos de atacar y de ser atacados, podría ser una interpretación. Líbranos de la violencia humana y de la de las fuerzas de la naturaleza, podría ser otra.

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