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"The Mist" (La Niebla o Sobre-natural en español) una película de terror que te deja pensando cómo actuarías tú

Spoilers

Un final que no te esperas es poco común, no muchos directores y escritores pueden dejar al espectador con la boca abierta por el impacto que les provocó la escena final, la cual jamás recrearon en sus mentes. El pensamiento va elucubrando los posibles finales, pues la mayoría de las veces, la trama te va llevando a descubrir su argumento y eso te permite imaginar el final, que casi siempre es acertado o se parece mucho a lo que creiste que iba a suceder. Sin embargo, con “The mist”, una película escrita y dirigida por el señor Frank Darabond y que, además, está basada en un libro de uno de los autores de historias de suspenso más leído en el mundo: Stephen King, es imposible, siquiera, acercarse al desenlace de la misma.

La raza humana posee la incapacidad de ponerse de acuerdo ante acontecimientos que parecen no tener salida posible, sin recordar en esos momentos que siempre existe la solución a cualquier problema que se presenta en la vida. El cuadro que está pintando David Drayton (el protagonista) al comienzo es bien significativo. La mayor parte de la película se desarrolla dentro de un supermercado donde no están ni cien personas. Las mismas en vez de unirse en pro de cuidarse y conseguir la forma de sobrevivir todas, comienzan a dividirse creyendo tener la razón. La más desequilibrada y solitaria, la Sra. Carmody, quien se la pasaba con una biblia bajo el brazo y desconfiaba de todo el mundo, quien creía en un Dios vengativo que vendría a reclamar por los pecados cometidos derramando la sangre de los seres humanos, es la que aglutina a la mayor parte de quienes se encuentrar allí. Con la premisa de que lo que está sucediendo es un castigo divino y la casualidad que cuando algunos de los bichos gigantes que los estaban atacando logran entrar al supermercado, uno de ellos se le acerca a esta señora y no le hace nada, mientras que otros si son asesinados, ella consigue controlarlos. De esa manera, su mente desvaríada le hace creer que Dios le está concediendo un poder especial y empieza a convencer a la mayoría de las personas que se unan a ella, que Dios viene a vengarse y para salvarse deben ofrecerle la sangre de algunos de ellos, uno cada día.

David y las personas que permanecen con él (entre los cuales está su propio hijo de unos 8 años más o menos) entran en desesperación cuando la Sra. Carmody decide que deben entregar al niño y los que se han unido a ella le hacen caso ciegamente. La única manera de salvarlo fue matando a la Sra. Carmody. Ahora había que decidir el siguiente paso, que era irse de ese lugar donde la mayoría de los individuos que quedaban vivos ya estaban bastante desquiciados. Debían llegar rápido a la camioneta de David, en la que cabían solo 8 personas, pero en el trayecto los bichos gigantes mataron a tres.

La meta era llegar hasta donde la niebla se disipara, pues los bichos habían llegado al lugar junto con ella. La desgracia se volvió a presentar cuando el auto se quedó sin combustible y aun seguían dentro de la niebla; de hecho, les pasó por delante de la camioneta uno de los bichos gigantes que no se percató de la presencia de ellos. En las manos de David permanecía la pistola con la que se habían protegido dentro del supermercado, contó las balas y solo quedaban 4, ellos eran 5 personas dentro de la camioneta. El niño dormía y todos los adultos se miraron a la cara aceptando con la cabeza la resolución que, creían, era la más adecuada ante el panorama que se les presentaba, dentro de un vehículo sin gasolina, ni agua, ni comida y sin poder salir porque serían presa fácil de los bichos gigantes. Lo más terrible de esta decisión era que David debía matar a su propio hijo luego de haberlo salvado de la fanática religiosa del supermercado, y él no tendría más balas para poder suicidarse, le tocaba enfrentarse a los bichos gigantes para que terminaran con su angustiante existencia luego de haber asesinado a 4 personas incluyendo su hijo. Era el final obvio, salirse de la camioneta y rogar por que los bichos vinieran a matarlo, lo cual hizo de inmediato después de un grito desgarrador por lo que acababa de hacer.

Pero, NO, NO, NOOOO, lo más terrorífico venía ahora, lo más desgarrador, lo inimaginable. Un ejército en tanquelas venía destruyendo a los bichos gigantes y a todos sus nidos. Con ellos la niebla se venía desvaneciendo y también venían camiones con los sobrevivientes que habían ido rescatando por donde pasaban, entre los cuales se encontraba la esposa de David (la madre del hijo que acaba de asesinar). Lo que debía representar una alegría para él, se convertía en la pesadilla más opresiva para su corazón y su alma… Si solo hubiesen aparecido unos minutos antes…

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