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El ritual. Notas sobre Los huesos de Cristóbal León y Joaquín Cociña

Spoilers

Los animadores y realizadores chilenos Cristóbal León y Joaquín Cociña forman una dupla creativa de la que ha surgido el largometraje La casa lobo (2018). Las posibilidades de la animación stop motion acompañada de una estética oscura y opresiva crean una ficción con fuertes referencias a sucesos reales ocurridos en la historia chilena reciente. Los directores escapan a la relación habitual que entrelaza cine de animación con cine infantil para explorar otras derivas de la técnica y crear un cine de animación dirigido principalmente al público adulto fuertemente vinculado con la política y la historia.

El reconocimiento de esa primera aventura cinematográfica- los realizadores se formaron como artistas visuales- volvió la atención hacia el cine de animación chileno que está atravesando su momento de mayor experimentación y que en muchos de sus casos reflexionan sobre el pasado del país. En el año 2021 la dupla León/Cociña ha creado un nuevo título, se trata de un cortometraje de 14 minutos de duración llamado Los huesos. Siguiendo la linea iniciado con su primer largometraje la narración guarda una profunda relación con la historia chilena y funciona como comentario de los debates ocurridos al calor del Estallido Social del año 2019. El vínculo con el pasado permite crear una relación con el presente. Sin embargo, para acercarse a las películas de León/Cociña no es necesario conocer la historia chilena en profundidad. Las peliculas permiten al espectador extranjero adentrarse en la ficción a pesar de no reconocer todas las referencias mencionadas, porque los directores logran un equilibrio- nada sencillo- entre lo universal y lo local.

Lo que vuelve más singular a la dupla León/Cociña no es únicamente su gran calidad estética y técnica sino también la potencia que despliegan de la técnica para crear un diálogo entre presente y pasado.

I.Un hallazgo de ficción

Los huesos tiene un encanto particular: es presentada como la primera película animada de la historia. Al comienzo, una placa negra reza: Los restauradores Cristóbal León y Joaquín Cociña agradecen al Nuevo Museo de Santiago NUMU por confiarles los originales de esta película animada encontrada durante las excavaciones para la construcción del museo en el año 2023. Esta obra titulada Los Huesos está fechada en 1901 y su origen es aún desconocido. Los realizadores se vuelven falsos restauradores, no reclaman la autoría de lo que se verá a continuación, sino que se posicionan como los descubridores de un hallazgo histórico. No es el único dato falseado, se indica que la cinta ha sido encontrada en el año 2023 mientras que la película ha sido estrenada en el año 2021.

Los directores crean un relato en torno a la película creada por ellos mismos. Es decir, imaginan que la película tiene un origen ajeno al de sus propias manos y que se trata de una cinta producida en los comienzos de la historia del cine. El hallazgo cambiaría entonces lo que conocemos hasta el momento de la historia del cine y se volvería archivo de un pasado perdido. Esta suerte de juego les permite explorar la estética propia del cine de los orígenes- comúnmente llamado primitivo que abarcaría aproximadamente el cine producido durante los años 1895 y 1915- que se caracteriza por una puesta en escena trabajada desde un punto de vista único y frontal, el uso de intertítulos, de trucos- que recuerdan a las películas de Méliès- y de transiciones como el iris. La narración también recupera los modos propios del cine mudo: su sencillez y su linealidad.

II. El origen del cine

Una niña, que se presenta a sí misma como Constanza Nordenflycht, será la que narre y protagonice la historia. En una placa indica lo que se verá a continuación: “Fragmentos del ritual llevado por mí. Usé cadáveres humanos y yo misma invoqué a los espíritus de los ministros Diego Portales y Jaime Guzmán”. De esta manera quedamos prevenidos de que veremos una invocación a los muertos. Un ritual que transcurre en un espacio interior que se irá modificando y deshaciendo.

El piso de madera se quiebra y debajo surge un montículo de tierra, allí hay huesos y calaveras. Sobre una tarima comenzará el ritual. Los huesos bailan alrededor de Constanza. La habitación se vuelve bosque, Constanza llevo los huesos en una canasta. En la iglesia el fuego transformará las calaveras en las cabezas de Portales y Guzmán. No parece fácil recomponer un cuerpo, la niña Constanza prueba diferentes combinaciones hasta que los hombres adquieren una forma similar a la humana. Lo monstruoso irrumpe, cada cuerpo está compuesto por una diversidad de otros cuerpos. Los hombres se vuelven una suerte de frankenesteins. Los cuerpos fragmentados, los miembros amputados recuerdan a la estética del célebre animador checo Jan Švankmajer que en la década del ochenta ha creado su propia versión de Alicia en el país de las maravillas.

Constanza con sus poderes vestirá los cuerpos y hasta a uno de ellos le entregará un corazón que ha creado con sus propias manos. Los hombres cobran vida. Constanza y Portales están juntos en un altar, Guzmán será el que lleve adelante la ceremonia. El acta de matrimonio está fechada en el año 1837 y ya ha sido firmada. Constanza tomará la pluma para deshacer su firma, lo mismo hará Portales. El acta de matrimonio se consumirá en el fuego. Se ha deshecho un matrimonio.

III. El origen de una nación

Si bien la narración puede ser comprendida y disfrutada por todos los espectadores. El tono, la estética la inscribe en una tradición vinculada al terror y la fantasía, lo que la vuelve familiar. Hay referencias directas a la historia chilena. Los directores recuperan los nombres de dos hombres que han participado de la redacción de la constitución chilena en distintas épocas. La figura de Diego Portales fue significativa en la consolidación de chile como Estado en el siglo XIX, mientras que la de Jaime Guzmán es recordada por su participación en la redacción de la constitución chilena de la década del 80 durante el gobierno de facto de Augusto Pinochet. Ambas figuras sintetizan la defensa de los intereses de las clases más pudientes y sus valores conservadores.

En una entrevista los directores mencionan que el proyecto nació al calor del estallido social ocurrido en el año 2019 que desboca en el proceso de redacción de una nueva constitución que reemplace la impuesta por la dictadura. La ficción se nutre de la realidad para reflexionar sobre el pasado de chile y las consecuencias en el presente. El ritual de Constanza será entonces una forma de liberarse del pasado feudal y oligárquico, la posibilidad de reescribir la historia, de crear un nuevo hecho fundacional. Una suerte de conjuro que entrelaza en un mismo gesto el siglo XIX con el siglo XX y el XXI.

De forma más o menos directa el cine siempre dialoga con el contexto en el que es producido, por mención u omisión. En el caso de León/Cociña las menciones del pasado contribuyen en la reflexión sobre el presente. Los directores recurren a la animación, a formas artesanales de producir estableciendo un diálogo con el cine de los orígenes. Los huesos logra entrelazar la potencia política que palpita en todo cine con una potencia estética exquisita, singular, que a pesar de su oscuridad contribuye en la búsqueda de un mundo más luminoso.

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