Los Intocables: La película que me hizo soñar con hacer cine

Cuando la vi por primera vez era muy joven. No recuerdo exactamente cuántas veces he visto este clásico del Cine. Es de esas películas que vemos una y otra vez, y no nos cansamos, y siempre encuentro cosas nuevas qué aprovechar, en todos los aspectos: en el guion, en la Dirección de Arte, en el Diseño de Producción, en el trabajo extraordinario que hizo Brian de Palma dirigiendo a ese fantástico equipo de actores encabezado por Don Robert de Niro, interpretando a un inolvidable Al Capone, en fin, una pieza valiosísima del séptimo arte.

La historia se centra en el año 1930, cuando Estados Unidos intentaba salir de la gran depresión económica que afectó la economía global, y que permitió que las pandillas del crimen organizado tomaran el control de las principales ciudades. Uno de esos “gangsters”, que liderizaba el mercado del tráfico de bebidas alcohólicas en la ciudad de Chicago, era el mítico Alphonse “Al” Capone, quien además tenía una red de corrupción infiltrada en todos los espacios sociales, comerciales, económicos y políticos de la ciudad.

El Departamento del Tesoro de EE.UU. designó al agente Elliot Ness (Kevin Costner) como encargado de detener a Capone y poner fin la cadena de crímenes que había desatado en la ciudad, la cual comprendía no sólo el tráfico ilícito, sino sobornos, atentados y homicidios.

A partir de allí, David Mamet (guionista) nos presenta la historia de “Los Intocables", nombre con el cual se conocía al equipo que conformó Ness para luchar contra el imperio de Capone, el cual en el filme estaba conformado por Jim Malone (Sean Connery), un policía de edad avanzada que pasaba sus últimos años de servicio patrullando a pie las calles de Chicago, momento en el cual se conoció con Ness; Oscar Wallace (Charles Martin Smith), contador adscrito al Departamento del Tesoro, quien fue la primera persona en sugerir procesar judicialmente a Capone por evasión de impuestos; y George Stone (Andy García), aspirante a policía que fue reclutado por Malone e incorporado al equipo por Ness.

A lo largo de la historia, De Palma nos muestra cómo fue fortaleciéndose la relación entre estos cuatro personajes, desarrollando una amistad que sobrepasó las diferencias de carácter y temperamento de cada uno de ellos.

Un Ness idealista y deseoso de cumplir y hacer cumplir la ley a cabalidad, y al mismo tiempo manejar un perfecto equilibrio entre su trabajo y su familia, y finalizar con éxito la tarea asignada de llevar a Capone tras las rejas por todos sus crímenes; que encuentra contraste en la figura de Jim Malone, policía ampliamente conocedor de cómo se consiguen las cosas en los bajos fondos, dónde opera la mafia, y que se movía a sus anchas al filo de la legalidad.

Siguiendo las indicaciones de Malone, y luego de varios fracasos previos, Los Intocables logran dar un primer golpe contra el imperio de Capone al incautar un gran cargamento de licores que procesaba de manera clandestina en la oficina de correos de la ciudad. Otro gran golpe lo dieron incautando un gran cargamento de licores que iba a entrar a los Estados Unidos a través de la frontera con Canadá, luego de un operativo en conjunto con la policía montada canadiense.

Cabe destacar el trabajo de producción de esta escena en el puente fronterizo, desatando una gran inyección de adrenalina de acción, que constituyó el primer gran enfrentamiento de este drama criminalístico. De allí sólo pudieron “rescatar” un testigo, el cual usarían en contra de Capone debido a un libro que llevaba donde se registraban movimientos financieros en los cuales éste estaría involucrado. Para este momento, Wallace ya había logrado convencer a Ness y a sus compañeros que la vía más directa para procesar judicialmente a Capone era el asunto de la evasión fiscal.

Tras las pérdidas sufridas debido a los operativos desarrollados por Los Intocables, Capone decide eliminarlos uno a uno, y para ello da la orden a uno de sus matones, Frank Nitti (Billy Drago), quien en la misma sede del cuartel de la policía asesina a Wallace y al testigo que habían detenido en la frontera canadiense. Posteriormente se presenta en la casa de Malone y le dispara desde afuera del su domicilio; sin embargo Malone, ya había descubierto el paradero del contador de Capone - la última esperanza que tenían de procesarlo por evasión fiscal- y supo que estaba por salir de la ciudad.

Antes de fallecer, Malone le indica a Ness en qué tren iban a trasladar al contador, y él acude a la estación junto a Stone. Justo allí en esta estación de trenes se produce un enfrentamiento, que da origen a una de las escenas más épicas del cine: entre balas que van y vienen, un coche con un bebé rueda por las escaleras. Ness se debate entre detener al contador para poder por fin enjuiciar a Capone, o detener el coche con el bebé que tomaba velocidad a medida que bajaba la larga escalera de la estación. Finalmente ellos rescatan al contador de manos de los asesinos de Capone, Stone salva al bebé en un movimiento magistral, y Capone es llevado a juicio.

Entre el público asistente al juicio se encuentra Nitti. Ness se percata que éste lleva un arma y le indica a los policías que lo retiren de la sala. Tras un encuentro entre ambos, Ness descubre que fue Nitti quien asesinó a Malone. Se produce un enfrentamiento entre ellos en el techo del edificio donde se está realizando el juicio, y al final Ness arroja a Nitti al vacío hacia la calle, quien cae sobre uno de los automóviles que estaban fuera del edificio, muriendo instantáneamente.

Al regresar Ness a la sala de juicio, Stone le informa que en el bolsillo de Nitti estaba el combrobante de unos pagos realizados por Capone para sobornar al jurado que dictaría el veredicto en su juicio. Ness lleva esta información al juez, el cual decide intercambiar el jurado con el que se encontraba en otra sala, en otra audiencia, al mismo tiempo. Al realizarse el cambio de jurados, la defensa de Capone cambia su declaración de inocente por culpable, y Capone es condenado a 11 años de prisión.

¿Por qué es tan impactante esta historia?

La película nos va presentando diversas percepciones de una situación social que fue totalmente real. Esto de las mafias, de la delincuencia organizada, realmente generó un ambiente de tensión, miedo y zozobra en la sociedad de la época, y el filme nos va sensibilizando hacia esta realidad. Una de las primeras escenas de la película muestra a Nitti dejando un maletìn con explosivos en una cantina, donde también se encontraba una pequeña niña que murió en la explosión. Varias escenas después la madre de la niña se encuentra con Ness y le dice que ella confía en que él haga justicia.

A lo largo de la película, De Palma emplea un interesante juego de escenas, con una notable presencia de tomas desde lo alto. De hecho la película comienza con un plano totalmente cenital, introduciendo a Capone junto con sus matones, aliados y miembros de su seguridad. Los planos generales, principalmente en escenarios naturales aportan, igualmente, mucha descripción a la historia. La edición fue fantástica, jugando con muchos planos y muchas tomas. Esto aporta mucho a la manera de contar la historia, la presencia de muchas perspectivas visuales; de hecho la escena del puente y la de la escalera de la estación dan hasta para un seminario de dirección cinemátográfica.

En lo personal me pareció que el trabajo de vestuario estuvo impecable, reflejando de manera muy sobria la elegancia y lo elitesco de la época. Cada traje llevaba la firma de Armani, lo cual deja en claro la calidad del vestuario. Las escenas de las locaciones que representaron a la ciudad de Chicago, pese a tener ciertos detalles de colorización, estuvieron muy bien logradas.

Son todos estos factores, sumados entre sí, los que contribuyeron que, en el momento en que finaliza la película, yo sólo dije: “algún día me gustaría hacer algo así”. Fue como ir a un concierto de música clásica por primera vez, o asistir a una ópera, o descubrir las grandes obras de arte en un museo. Es admirar algo magistralmente logrado y sentir que es posible sentirlo tanto, que nazca el deseo de ser parte de ello.