¿Cuántas veces nos han dicho o hemos escuchado “esta mina es una histérica”?
Pero realmente, ¿sabemos qué significa este término?; ¿de dónde viene este concepto? y ¿qué vínculo tiene con el vibrador?. Son algunas de las preguntas que nos vamos a hacer en este artículo. Les propongo un recorrido por algunas producciones audiovisuales como “Hysteria” (2011) de Tanya Wexler, “A dangerous method” (2011) de David Cronenberg, “Freud: The Secret Passion” (1962) de John Huston o la serie “Freud” (2020) de Marvin Kren.
“Hay descripciones excelentes de la histeria en las actas de los juicios por brujería de tiempos pasados. Se creía que sus víctimas estaban "poseídas por el diablo". Se dieron auténticas epidemias de este delirio. Comunidades enteras contagiadas. Sí, era contagiosa, aunque no tenía gérmenes. La histeria viola el principio médico de que todos los síntomas físicos tienen un origen orgánico, y el principio psicológico de que la mente no puede pensar en varias ideas a la vez. Pero los hechos no dejan de existir solo porque contradigan nuestras amadas teorías. Intento probar mediante demostración que la histeria es una dolencia solo mental y que la mente puede dividirse contra ella y perseguir dos líneas de pensamiento simultáneamente”.
(Fragmento de “Freud:The Secret Passion” - 1962).
La palabra Histeria viene de la palabra griega “Hystera” que significa Útero. Y como durante siglos se pensaba que la mujer era una especie de hombre inacabado por la falta de pene, estaba la creencia que todos los problemas que presentábamos se originaban en el útero.
Todos nuestros males provenían de una enfermedad en ese órgano.
Si tenías dolor de cabeza, era culpa del útero…
Si tenías fiebre, era el útero
Si te dolía la muela, el útero…
Si no te enojabas con tu marido, el útero…
Si querías estudiar, el útero…
Si querías votar, el útero…
Cualquier cosa que nos hiciera salir del molde de lo que se esperaba que debía ser una buena señora madre y esposa provenía de una enfermedad en el útero.
Es más, existían creencias religiosas que decían que este órgano se movía y se desplazaba por el cuerpo generando dolor y espasmos.
Pueden probar como ejercicio, adivinar cómo se las llamaba a esas mujeres rebeldes que no acataban las normas y se las quemaban en la hoguera porque estaban poseídas por el demonio. Sí, es lo que están pensando: Las brujas.
Si bien estas teorías empiezan a caer, recién con Freud en el siglo XX, empiezan a desestimar algunas que tenían que ver principalmente con las creencias religiosas.
Hay una película del año 1962, “Freud, una pasión secreta” que muestra algunas de estas primeras investigaciones. Y también podemos ver este proceso en “Un método peligroso”.
Si les interesa el Psicoanálisis en estas dos películas vamos a ver cómo se fue gestando esta teoría.
Y si bien podemos criticar muchas cosas de la época, es necesario poner en contexto y pensar que hasta ese momento las mujeres eran sometidas a terribles torturas para tratar su salud mental (que claramente no se llamaba de esa forma).
El psicoanálisis viene a instalar la charla como método para tratar ese malestar y no lo histerectomía, como se solía hacer en ese entonces. Sí, muchísimas mujeres que eran consideradas enfermas, locas o brujas les extirpaban el útero. Y recordemos, a veces, simplemente era “diagnosticada” con Histeria una mujer que no se ajustaba a los estándares de la época. Los primeros psicoanalistas empiezan a observar que muchas veces el dolor o malestar físico es síntoma de un trauma.
Explicado a lo criollo medio que Freud también viene a decir que todos nuestros problemas en hombres y mujeres tienen relación con nuestras represiones sexuales. Y hablando de deseo, llegué medio sin querer a encontrar una película que se llama “Hysteria” dirigida por Tanya Wexler que viene a contarnos la historia del vibrador.
Antes de avanzar, voy a abrir un gran paréntesis. Estuve investigando y hay muchas teorías en relación a los orígenes de este aparatito. Las más conocidas son las siguientes:
Algunas se lo atribuyen a Cleopatra que parece que tenía una cajita que vibraba con el movimiento de las abejas para su satisfacción sexual pero parece que esta teoría es tan pintoresca como inchequeable.
Y por otro lado, se lo adjudican a un médico cuya historia es contada en la película “Hysteria".
Ambas historias son defendidas y refutadas por varios historiadores así que las vamos a tomar con pinzas pero en fin, la de esta película es bastante curiosa.
“Hysteria” muestra cómo en el siglo XIX, en la Londres Victoriana también se acusaba de Histéricas a las mujeres que se salían de la norma. Y existía una corriente que también le atribuía ese desorden al útero. Entonces, había un médico que trataba a las mujeres generando un masaje que provocaba una especie de convulsiones que supuestamente acomodaba al órgano. Imagínense qué tipo de masaje y cuáles eran esos espasmos que solucionaban el malestar de la paciente… (¡Sí!, es lo que están pensando).
Parece que este método era todo un éxito en el barrio y el médico convoca a un asistente, el cual de tanto trabajar comienza a tener problemas en los tendones de la mano.
un día, paveando con un amigo inventor, se les ocurre que ese masaje lo puede hacer una máquina. Finalmente, Señoras y Señores, con ustedes: el primer vibrador eléctrico.
Esta película es una comedia y todo se va a contar livianamente con un tono muy jocoso.
Es inevitable pensar en la parte perversa de la situación. Sin embargo, poniéndolo en contexto también podemos pensar que había torturas mucho peores o incluso que te sometan a una histerectomía (recordemos que estamos hablando del siglo XIX).
Me parece interesante que paralelamente muestran la historia de las hijas del médico; una de ellas la gran Maggie Gyllenhaal docente, feminista y obviamente es acusada de histérica.
“Puede que no se dé cuenta, pero se prepara una revolución social. Las mujeres tendrán finalmente su lugar. Por más que intentéis relegarnos en la cocina, lucharemos sin parar para poder estudiar en la universidad, tener un oficio y obtener el derecho de voto”.
(Charlotte Dalrymple interpretada por Maggie Gyllenhaal en "Hysteria").
En fin, viendo estas películas que están todas basadas en personajes y hechos reales me hicieron reflexionar bastante sobre el deseo y el placer. Confieso que hasta un poco me amigué con la palabra “histeria” que tiene este sentido tan peyorativo. Porque pensemos que “hysteria” viene de útero, lo transformaron en una mala palabra así que yo me voy a amigar con la misma, me propongo re-apropiarla, resignificarla.
En definitiva, tratarnos de histéricas era una forma para clasificarnos como locas, enfermas, brujas o molestas y callarnos… una vez más.
“Es una muestra de la perversidad humana, que una de las actividades más placenteras deba ser objeto de tanta histeria y represión. Pero no reprimirse es dar rienda suelta a todo tipo de peligrosas y destructivas fuerzas. Nuestro trabajo es dar a nuestros pacientes la capacidad de ser libres”.
(“A dangerous method” - 2011)
El psicoanálisis fue evolucionando y abandonando las estructuras de diagnóstico que al principio eran mucho más rígidas. Incluso va dejando esta cuestión de pensar en términos tan binarios.
Igualmente no me voy a meter ahí porque no soy psicóloga (aunque mi mamá lo sea y como buena hija de psicóloga nos creemos un poco, pero no…)
Si tienen más teorías sobre el origen del vibrador me las pueden dejar en un comentario. También siempre son bienvenidas las recomendaciones de otras producciones audiovisuales para seguir enriqueciendo la lista.
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