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Cuándo dejaremos de subestimar a Channing Tatum

Para algunos, Channing Tatum es un actor más del montón que ha hecho muchas comedias; para otros, es un actor que baila muy bien. Da la impresión de que cuando se habla de él, se le resta el mérito que merece. De hecho, muy pocos saben que además de actuar y bailar, Channing Tatum también es director, productor, modelo y escritor; y que dentro de su filmografía, no sólo hay comedias, también tiene dramas y colaboraciones con directores de renombre. La próxima semana, llega a los cines Fly to the Moon, película que protagoniza junto a Scarlett Johansson, y aprovechamos de repasar su carrera, porque no es justo subestimar a uno de los intérpretes más polifacéticos de Hollywood.

Un buen actor no es solo aquel que se lleva todos los premios a casa, también lo es aquel capaz de reconocer sus limitantes y sabe construir una carrera exitosa dentro de estos. Como lo ha hecho Channing Tatum. Puede que no sea un intérprete que comparta liga con otros como Cillian Murphy, Joaquín Phoenix o Leonardo DiCaprio, pero eso no le ha impedido conquistar la taquilla, pasearse por una variedad de géneros, trabajar bajo las órdenes de cineastas de renombre y, sobre todo, explorar otras facetas.

Channing Tatum es mejor actor de lo creemos, y he venido a exponer las pruebas.

Channing conoce sus virtudes (y limitaciones)

Por allí dicen (en Film Twitter) que Channing podría protagonizar The Revenant, pero Leonardo DiCaprio nunca podría protagonizar Magic Mike. Si bien Tatum no tiene una carrera plagada de premios, el actor ha sabido brillar, se ha ganado el afecto del pueblo y sobre todo, ha conseguido mantenerse bajo el reflector por casi tres lustros, pero ¿cómo lo ha hecho?

Pocos actores son tan conscientes de sus limitaciones como Channing Tatum. El actor sabe muy bien cuáles son y las ha evitado, en cambio, ha abrazado sus virtudes y ha construido su carrera a partir de ellas.

A mediados de los 2000, Channing demostró sus extraordinarios dotes de bailarín en Stet Up. Allí interpretó a Tyler Gage, un problemático bailarín callejero que se enamora de una estudiante de ballet. La película se convirtió en un éxito inesperado (frente a un presupuesto de 12 millones de dólares, recaudó más de 110 millones en taquilla); todo el mundo hablaba de sus coreografías y del trabajo de los actores. Ese boca a boca fue el pase de cortesía de Channing a un Hollywood que carecía de un actor que derrochara carisma y sensualidad en cámara, pero que además pudiera manejar la etiqueta de bailarín, como lo había hecho Patrick Swayze veinte años antes.

Sin embargo, el siguiente trabajo relevante de Tatum fue uno muy opuesto a la película que le dio a conocer, e intentó convertirse en héroe de acción con G.I. Joe: The Rise of Cobra.

Con dos cartas bajo la manga —el baile y la acción— Channing fue a por otra más: actor dramático. Pero lo hizo a través un subgénero que, además de permitirle demostrar sus dotes histriónicos, también le aseguraba otro éxito en taquilla. Entonces protagonizó Dear John, una adaptación romántica de la novela homónima de Nicholas Sparks, mente detrás de otras historias conocidas como The Notebook. Y de nuevo, frente a un presupuesto de 25 millones, la película recaudó más de cien millones de dólares.

Dos años más tarde, regresó a la comedia (género con el que comenzó su carrera) y protagonizó 21 Jump Street, una comedia de acción adaptación de la serie que llevaba el mismo nombre. La película significó otro éxito entre el público, recaudando más de 200 millones de dólares en su paso por el cine.

En la carrera de Channing, el 2012 fue un año decisivo. Estrenó tres cintas que consolidaban su estatus de buen bailarín, de comediante y de galán romántico. Ya que además de 21 Jump Street, también protagonizó The Vow (la película costó 30 millones y recaudó más de cien millones de dólares) y Magic Mike Pero esta última cinta, no fue solo un éxito más en su cada vez más larga filmografía, fue su consolidación en Hollywood.

Migic Mike

El poder de Magic Mike

Channing pudo haberse conformado con películas genéricas que engordaran su filmografía, su cuenta bancaria y le mantuvieran en la conversación. Pero entonces creó su propia productora, Iron Horse Entertainment, y llegó al punto más alto de su carrera: Magic Mike.

Cinco años después de Stet Up, Tatum volvió a intentarlo con una película de baile, está vez, teniendo mayor dominio creativo, se unió a Steven Soderbergh para co-producir y protagonizar una película ligeramente inspirada en sus años como stripper. La película superó los 160 millones de dólares en taquilla, frente a un pequeño presupuesto de tan solo siete millones. No era la primera vez que bailaba en una película, no era la primera vez que conquistaba la taquilla, pero sí era la primera vez que Tatum estaba tan involucrado creativamente con un proyecto, y afortunadamente para él había funcionado su jugada. A su larga lista de virtudes había añadido otra más: compromiso creativo.

Bajo las órdenes de Bennett Miller

El éxito de Magic Mike, evidentemente llegó acompañado de una secuela, pero antes de que sucediera, Tatum se embarcó en un reto profesional: Foxcatcher.

Con este proyecto, el actor solo tenía que demostrar una de las pocas cosas que no había hecho hasta ese momento, ser un actor de carácter. Con ayuda de prótesis y un entrenamiento físico intenso, Channing se metió en la piel de Mark Schultz para contar, bajo las órdenes de Bennett Miller, una historia inspirada en los hechos que acontecieron en la vida real.

Por primera vez, en toda su carrera, Channing no era alabado por su buen cuerpo, por sus movimientos de baile o por la química palpable con su compañera de reparto de turno; cuando se hablaba de él, se hablaba de su entrega física y emocional, de su trabajo histriónico. No sabemos si Foxcatcher ayudó a cambiar la imagen de Channing para empezar a ser visto como "un actor de verdad" dentro fe Hollywood, pero a partir de allí se hizo más común verle trabajar con otros actores de renombre como Quentin Tarantino (en The Hateful Eight) o los hermanos Coen (en Hail, Ceasar!), mientras seguía colaborando con Steven Soderbergh, convirtiéndose en una de las duplas más populares del Hollywood actual.

Foxcatcher

Dejemos de subestimar a Channing Tatum

En apenas una década, Channing ya había hecho prácticamente todo en Hollywood—actor, bailarín, co-guionista, productor. Había encontrado un equilibrio entre el cine independiente, de autor y de taquilla. Había trabajado bajo las órdenes de grandes directores y había compartido pantalla con grandes directores. Sus películas habían recaudado más de cuatro mil millones de dólares sin vincularse a una saga famosa billonaria, como sí lo han hecho la mayoría de los actores de su generación. Entonces ¿por qué lo seguimos subestimando?

Channing Tatum ha demostrado su talento con creces. Sin embargo, cuando se habla de él, se suele pensar en “el actor que baila en Magic Mike” o “el de las comedias”, y no nos damos cuenta que todos esos calificativos que se usan para referirse a él, en conjunto, hacen que sea uno de los actores con una de las carreras más distintivas en los últimos años.

Y también, como pocos actores, Tatum se tomó un hiatus de las.cámaras cuando lo creyó necesario. Sin embargo, no dejó de trabajar. Añadió otros méritos a su síntesis curricular: actor de doblaje y, escritor, esto último gracias al libro infantil que publicó en 2021, titulado The One and Only Sparkella. Cuando volvió a Hollywood, lo hizo por la puerta grande, protagonizando una comedia de acción con Sandra Bullock; volvió a repetir su rol de Magic Mike en la presumible última entrega de la historia y co-dirigió la cinta Dog, saliendo airoso una vez más de otro reto.

La otra cara de la luna, el momento de apreciar a Channing Tatum

Dentro de una semana, aproximadamente, Channing Tatum estrenará La otra cara de la luna, una comedia protagonizada con Scarlett Johansson (curiosamente, otra actriz que, desde mi punto de vista, también está infravalorada). La cinta cuenta la historia de la experta en marketing, Kelly Jones (Johanson), contratada para arreglar la imagen pública de la NASA, causando estragos en la ya difícil tarea del director de lanzamiento Cole Davis (Tatum) de llevar un hombre a la luna. Si bien es Channing en su zona de confort, aplaudimos su don natural para la comedia y, podemos aprovechar el momento para apreciarlo como lo que es: un buen actor.

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