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Van Helsing: Escenas icónicas cinematográficas que cambiaron mi vida para siempre.

Spoilers

El cine y las películas, desde que tengo memoria, han sido una parte muy importante de mi vida y de la mujer en la que me estoy convirtiendo actualmente. Cuando era niña y hasta en la actualidad el ir al cine y ver alguna de las películas que se han estrenado, forma parte de los distintos planes que disfruto hacer durante mi tiempo libre.

Por otro lado, debo admitir que el mundo cinematográfico es un área que atrae poderosamente mi atención. Soy la típica persona que, en la temporada de premios, prefiere quedarse en casa o ir a casa de algunos amigos o familiares para disfrutar de los Oscar o incluso los Emmy Awards. Me encanta la ceremonia, los trajes en incluso las nominaciones; especialmente porque muchas de esas series o películas nominadas, las he visto con antelación y las disfruté. Esa es una noche de ensueño para mí.

Ahora bien, de entre todas las películas que he visto, hay una que, para mí, resulta ser imperdible, no importa lo saturada que esté o si me sé de memoria todos los diálogos que la conforman, lo que sí puedo decirles es que cada vez que pasan esta película la vuelvo a ver y nunca me arrepiento de hacerlo. Esta película es Van Helsing: el cazador de monstruos (2004) película estadounidense perteneciente a los géneros de acción, aventura y fantasía oscura, dirigida por el guionista y director americano Stephen Sommers. Este cineasta es conocido por dirigir clásicos del cine como La Momia (1999) película protagonizada por Brendan Fraser y Rachel Weiz en (1932), su secuela, El retorno de la Momia (2001), guionista de la aclamada película de El Rey Escorpión (que tiene su propia saga de películas) y finalmente, se le presentó la oportunidad de crear un gran éxito como la historia cinematográfica de Van Helsing. Una de las pocas versiones o adaptaciones que, en mi opinión y la de la mayoría de los críticos cinematográficos que la han analizado, pareciera describir perfectamente al personaje clandestino, súper reconocido y aclamado por la historia de la literatura gótica, el Conde Drácula de Bram Stoker, con su famosa obra literaria Drácula (1897).

En ese sentido, hay mucha tela para cortar y desentrañar tanto en la obra literaria como en la película, sin embargo, y aunque me enfocaré en la película, también considero importante nombrar aspectos relevantes que forman parte de la esencia del Conde Drácula. Aquel ser mitológico que podemos observar dentro de este mundo cinematográfico; a su vez, cumple con algunas características del personaje literario de Stoker. Antes de comenzar los situaré en un pequeño contexto.

La película se sitúa en el año 1887 (en plena época victoriana) aunque en los primeros minutos de la película podemos observar una escena antigua en blanco y negro, y se nos explica acerca de la creación de un nuevo “experimento científico” de la mano del Dr. Víctor Frankenstein, por el cual el monstruo conocido con el mismo nombre tiene su origen. En esta época no existen muchos conocimientos acerca de este campo de investigación e incluso del “descubrimiento del mundo” y donde precisamente las criaturas mitológicas como los vampiros, los hombres lobo y el “nuevo descubrimiento científico”: el monstruo Frankenstein ha aparecido para atemorizar a cualquier persona. Una época donde las condena, los mitos y las leyendas forman parte de la “realidad” cultural de los pobladores que podemos observar durante los primeros minutos de la película.

Sin embargo, el personaje que llamará nuestra atención es la enigmática figura del Conde Drácula, ser “inmortal” y que causa pavor en toda la sociedad. Esta figura es comúnmente asociada con el infierno, satanás, el hijo del diablo y la peor escoria de la historia; aspectos que ocupan nuestro foco de atención.

Drácula es entonces un ser que no está vivo ni tampoco muerto, sino un cadaver viviente, aquel que necesita sangre humana para permanecer fuerte, joven e “inmortal” y cuya mente es un misterio. Es tan frío y calculador que no es fácil de descifrar y mucho menos de adelantarse a sus pasos. Luego de esta escena nos trasladamos al presente de la época en la cual surge la película; época en la que el famoso cazador de monstruos Gabriel Van Helsing es contactado por el papa y la Iglesia Católica porque este enemigo es impredecible y aparentemente invencible; por lo cual, se requiere de un experto para lidiar con este tipo de plaga; es allí donde entra en juego la figura tan reconocida de este cazador. En la versión literaria correspondería con el Dr. Van Helsing, el mejor cazador de vampiros y el archienemigo de Drácula.

Ahora bien, ahondando un poco más en la figura de Drácula, cabe acotar que la esencia propuesta por Stoker en su famosa obra literaria con el mismo nombre, se adapta perfectamente a como este personaje se nos presenta en la película, es decir, un ser obscuro, muy peligroso, sin alma, la principal plaga de la sociedad y desde luego, el ejendro del mal. Un ser monstruoso y totalmente deformado, desproporcionado, no humano. Posee más características demoníacas que humanas, es un ser resentido con la sociedad, lleno de ira y con sed de venganza. Sin embargo, esto no se demuestra sino has los últimos minutos de la película, cuando Van Helsing se vuelve un hombre lobo y Drácula muestra su verdadera forma: Un enorme murciélago, con colmillos enormes, ojos rojos y con características animales. Esa es una de las razones, por las cuales, siempre que pasan esta película la vuelvo a ver. Considero que la esencia maligna y monstruosa de Drácula está perfectamente descrita y expuesta en la película. Del mismo modo, dicha figura, impactó tanto en mi vida que no solo suelo investigar más a fondo del tema, sino que también ha hecho que mi curiosidad crezca y la traslade a mis novelas, ya que soy escritora juvenil en este género literario. El género gótico, romántico, vampírico. De hecho, formó parte de uno de mis antecedentes para mi trabajo de Grado o Tesis. Trabajo final que requería para obtener mi título como Licenciada en Letras.

Ahora bien, más adelante analizaré de forma más profunda la figura monstruosa de Drácula. Por ahora nos centraremos en la figura “cuasi humana del Conde”. A lo largo de la película, este personaje se nos presenta como un hombre joven, victoriano, guapo, noble, malvado y totalmente despiadado. Su figura impone temor e intimida, esta es la razón por la cual sus “secuaces” e incluso sus tres novias le tienen pavor y no se atreven a mirarlo directamente a los ojos, demostrando un grado de inferioridad y sumisión ante él. Saben que de contradecirlo eso significará la muerte definitiva; eso quiere decir que el nivel de poder y obscuridad que emite este personaje literario y cinematográfico es tan fuerte que es capaz de generar un terror profundo a sus víctimas. Aspectos que coinciden cuando, en la obra literaria de Bram Stoker, Jonathan Harker (protagonista principal de la novela) llega al castillo de Drácula en Transilvania. En el caso de esta obra literaria, se puede tomar en cuenta las advertencias que los pueblerinos de Rumania le informan al joven abogado, al decirles el destino final de su viaje. Tanto es así que, una de las mujeres ancianas del pueblo rumano le regala un rosario para su protección.

Sin embargo, en la película vemos que este tipo de objetos, como, por ejemplo, la cruz de madera o el ajo son totalmente inútiles a la hora de enfrentarse a este tipo de contrincante, porque no lo afecta en lo absoluto. Es más, en un diálogo que sostienen Van Helsing y Drácula al principio de la película, al menos la primera mitad, el cazador le muestra una cruz de madera, pero el monstruo la hace arder frente a sus ojos y con sus propias manos, dando a entender que eso solo forma parte de los mitos/ leyendas de Transilvania.

Es más, el mismo Conde se burla de la ignorancia de los pueblerinos y da explicaciones de porque causa tanto temor en todo el mundo. Sin duda alguna, se puede observar quién es el líder de los monstruos, porque hasta el hombre lobo de la película e Igor le tienen pavor. En el caso del hombre lobo o el anterior hermano mayor de Ana Valerious, en un momento específico del “film” intenta ir en contra del Conde, pero este enseguida le recuerda quién está al mando, no por nada es el rey de los vampiros.

En el caso de Igor lo reprende con todo tipo de torturas y maltratos. Evocando a la posible inspiración del Conde Drácula de Bram Stoker, el príncipe Vlad Tepes III, mejor conocido como “Vlad el empapador” por la crueldad con la cual asesinaba a cualquier enemigo que fuera en su contra.

Para que este príncipe rumano pudiese llevar a cabo su venganza y seguir impartiendo miedo y pavor, utilizaba todo tipo de métodos bárbaros y tortuosos; sin embargo, el método que le permitió transcender en el tiempo es la práctica de empalar a sus enemigos, atravesándolos con varas de madera y exponiéndolos frente a su castillo. Esta práctica no se aprecia dentro de la película, pero si llega a mencionar.

Ahora bien, el segundo aspecto que quiero resaltar y otra de las razones por las que amo esta película y puedo verla una y otra vez, son las esposas o novias de Drácula, a diferencia de la obra literaria, en la cual no salen mucho y apenas son descritas por el narrador, es decir, Jonathan Harker, aquí vemos una construcción de las vampiresas que realmente dan temor; además de eso, este director logró trasladar las descripciones de lo que “conforman” a la figura de la vampiresa en la actualidad, dicho logro cinematográfico fue lo que permitió que, las figuras posteriores de estos seres que se presentaron en el cine, se mitificaran. De entre todas las novias de Drácula, me enfocaré en Aleera. Que, en mi opinión, es la que mejor se adapta y representa la esencia de la vampiresa contemporánea.

A simple vista es una hermosa mujer pelirroja, alta, delgada, pálida, esbelta, muy sensual y con atributos notorios que parece inofensiva en un primer momento, sin embargo, su monstruosidad se puede observar no solo cuando ella tiene un enfrentamiento personal con Ana, quién revela que en su vida anterior eran amigas, sino también en su última transformación como un enorme murciélago rosado o púrpura. En esa escena se puede ver lo peligrosa, manipuladora, aterradora, monstruosa y poderosa que puede llegar ser y de lo que es capaz de hacer, tanto es así, que la misma Ana Valerious expresa su temor hacia ella; aspecto que se puede notar dentro de la película. Considero que Aleera pareciera ser un arquetipo, simboliza a la figura de Lucy Westenra, quién en la novela de Bram Stoker es una hermosa y muy sensual pelirroja que termina siendo manipulada y seducida por el Conde Drácula y sus encantos, esto se puede observar cuando la misma Ana revela todas las fechorías cometidas, por ella como vampiresa, en el enfrentamiento con Aleera.

En ese sentido, la personalidad de esta vampiresa se asocia directamente con la personalidad de Lucy luego de ser transformada en vampiro, una mujer peligrosa, sensual, prohibida, voluptuosa y determinada, llena de ira y venganza. Este es uno de mis personajes preferidos porque no solo fue construida adecuadamente, sino que el director logró capturar la esencia que precederá a la figura de la vampiresa contemporánea en las películas futuras que existen de vampiresas, luego de este clásico.

También quisiera hablar un poco de mi escena favorita, aquella cinematográficamente artística que podemos observar y que, en mi opinión, logra encerrar la esencia de la época victoriana y sus bailes de máscara veneciano. Evento que se ha relacionado directamente con los vampiros desde tiempos remotos.

Sin embargo, de entre todas las películas de vampiros que he visto a lo largo de mi vida, puedo decir que aquella que logra capturar dicha esencia victoriana es esta película. Me refiero a la escena en la que el Conde secuestra a Ana, la hipnotiza y tiene la intensión de seducirla para volverla otra de sus novias. Aunque este hecho no llega a concretarse, lo que honestamente me hubiese gustado porque hubiese sido un gran “plot twist” dentro de la trama de la historia, lo importante a resaltar es como la imagen cinematográfica logra capturar dicho espíritu, tanto es así que logra trasladarte de nuevo a esa época: las decoraciones, los vestidos, el gran banquete organizado, entre otros aspectos que se pueden apreciar durante esa escena. Sin duda alguna capturan ese espíritu de época.

Ahora bien, el vals que el Conde Drácula y Ana realizan es una joya cinematográfica, porque como dije anteriormente expresa sin palabras como la alta sociedad victoriana, noble, vivió durante esta época; sin embargo, creo que lo más resaltante de esta escena, es el momento en el cual ambos se encuentran bailando frente a un enorme espejo victoriano, lleno de decoraciones barrocas. En esta escena, el Conde inclina a Ana para morderle la yugular y finalizar su transformación en vampiresa.

En ese sentido, ambos tienen máscaras doradas y esta escena no es mera coincidencia, no solo porque el vestido y máscara de Ana está perfectamente sincronizado con el traje de gala del Conde, sino también que ambos contienen un elemento crucial de la época victoriana, las máscaras. Ana tiene un vestido rojo con corsé y el Conde un traje de la nobleza que resalta su posición socioeconómica. También los accesorios de Ana van a juego con toda esta temática, ya que, representa a la misma época; entre otros aspectos que se pueden apreciar dentro de esta maravillosa escena poética y cinematográfica. Pareciera que se estuviese preparando todo para el final de Ana, que lamentablemente terminará muerta, en manos del amor de su vida, Van Helsing cuando este se transformará en el enorme hombre lobo negro y el único capaz de asesinar para siempre al infame Conde Drácula.

Toda esta escena está llena de simbolismo, porque el color rojo del vestido de ella, representa no solo el deseo más carnal del Conde y su verdadera intención, es decir, beber su sangre; sino también resalta su belleza y es como una especie de mal augurio para un dramático final. Por otro lado, tenemos al Conde portando una capa y un traje de gala, vestuario que se asocia con la figura literaria de Stoker y como este se presenta ante Jonathan Harker cuando llega a su castillo. En el caso de la película, este vestuario no solo cumple con el estilo que los hombres victorianos portaban en este tipo de eventos o bailes, sino también su descendencia noble. El mismo se encuentra repleto de joyas y piedras preciosas no solo resaltando su poder adquisitivo sino su estatus económico. Considero que fue una escena tan bien planificada que capturó e inmortalizó este tipo de época.

Para finalizar este artículo de opinión, quisiera cerrar con la figura monstruosa de Drácula, aquella que podemos apreciar durante los últimos minutos de la película, ese enorme murciélago deforme, altamente desproporcionado, con un rostro desfigurado y mostrando más sus características monstruosas y demoníacas que humanoides. Si durante toda la película, este personaje nos causó miedo y pavor, nada se compara a su última transformación y la que considero que encierra su esencia maligna e infernal. Es el tipo de ser que te mantiene alerta toda la noche y con una sensación de zozobra. No se explicar el temor que me produjo la primera vez que lo vi, cuando apenas era una niña sino la que continúa produciéndome; aunque pasen los años y siga creciendo, ese ser me da pavor. Sin duda alguna, entiendes todas las descripciones que los pobladores de Rumania, aún en la actualidad, siguen percibiendo de este ser mitológico. Pareciera ser una leyenda viviente.

El personaje de Drácula es y seguirá siendo un ser que, si no has visto las versiones nuevas y mejoradas de los neo vampiros que Stephanie Meyer intentó implementar, en su saga de libros y películas, Crespúsculo, te hace temblar. Creo que los minutos más angustiosos de la película es la pelea final entre los enemigos mortales, es decir, el hombre lobo (Van Helsing) y el vampiro (Conde Drácula). No puedes dejar de ver la pantalla ni por un segundo porque estas temiendo por la vida de Van Helsing, que ahora se ha trasformado en un enorme hombre lobo oscuro y aterrador, da el mismo pavor que Drácula, ambos son uno seres bárbaros, completamente salvajes, sin conciencia, y que de verdad causan pavor. La esencia de la monstruosidad que Bram Stoker nos habló en su obra literaria, Drácula (1897) se personifica en el personaje de Drácula en esta película.

En conclusión. La razón por la cual considero que la película de Van Helsing: el cazador de monstruos (2004) es una película que seguirá marcando mi vida para siempre y la seguiré viendo una y otra vez, es porque en primer lugar es un clásico del cine de terror de los años (2000), en segundo lugar, es una verdadera joya literaria y cinematográfica además de que, ciertamente, es una de las mejores adaptaciones que existen en pro de la obra de Bram Stoker, Drácula (1897) y por último, pero no menos importante, la cantidad de simbología implícita dentro de la película, al igual que todo este mundo cinematográfico es algo que, hasta ahora, ninguna otra película de vampiros ha logrado reproducir, lo han intentado muchas veces pero no ha sido posible, no al menos en su totalidad. En mi opinión, no hay otra película en la cual, la esencia del vampiro clásico se haya logrado tan satisfactoriamente como esta.

Eso sin mencionar como esta película, a diferencia de cualquier otra película, ha logrado capturar y ser fiel, al menos en mi opinión, a la época de los (2000). Por eso recomiendo mucho esta película, vale toda la pena del mundo.

Para tener la capacidad de comprenderla en su totalidad, porque es bastante compleja cinematográficamente hablando, debes verla varias veces. Cada vez que la veo, me doy cuenta de un nuevo detalle, algo que no había visto o comprendido con anterioridad. La trama, los personajes totalmente complejos, específicamente el Conde Drácula y sus novias, Gabriel Van Helsing, los hermanos Valerious, Igor e incluso el monstruo Frankenstein, son personajes muy complejos y llenos de metáforas literarias; el guion es una maravillosa joya de producción y desde luego las figuras del vampiro son perfectamente explícitas y se adaptan a sus orígenes, es decir, la famosa obra literaria de Bram Stoker, Drácula (1897).

Cualquier seguidor y amante del cine de terror y del género gótico/romántico debería ver esta película, porque es perfecta para cualquier fanático del subgénero vampírico como yo e incluso, si eres de esas personas que les gusta este tipo de trama, tanto en la literatura como en el cine, debería ser un clásico de tu biblioteca cinematográfica y literaria. Como fanática del género de los vampiros, les aseguro que esta película cubrió todas mis expectativas en cuanto a la descripción de la figura clásica de los vampiros.

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