La pelicula del "michi magico"

Hay películas que son tan completas que no alcanzan las palabras para describirlas, o faltan porque son puras emociones e imágenes mentales. La leyenda de Hei es una de ellas. Abarca tantos conceptos desde tantos sitios distintos que se podría describir como una historia found family, de crecimiento personal, que desarrolla la lucha entre el bien y mal o lo difícil que es hacer esta diferencia, podemos tomarla de ejemplo para hablar de la creación de un buen worldbuilding, sobre lo hermoso que es ver animación 2D en este último tiempo o el parecido que tiene con la animación china de los 90s, también es interesante mirarla desde un punto de vista espiritual y como retrata el hogar espiritual tan propio de la meditación. Es un filme íntegro que logra emocionar sacando lágrimas de felicidad y tristeza, juega con la mente del espectador, es tierna y graciosa a la vez, y el dibujo es tan simple y hermoso, acompañado de personajes bien construidos que es imposible no enamorarse de ellos.

Recomiendo que entren a ver la película sin saber de qué se trata porque es un viaje distinto que vale la pena transitar.

Hei, el protagonista, es un niño (espíritu mitad gato, para describirlo correctamente) pequeño, con todo lo que eso significa. Por lo cual, cada nuevo estímulo es toda una experiencia, tiene los característicos berrinches y vive el mundo con inocencia, una que consigue dañarlo y ser fácil de manipular, pero también potencia su capacidad de amar sin prejuicios ni miedos. La relación con su maestro es todo para mí, no solo le enseña a utilizar sus poderes, sino que le muestra el mundo desde una mirada neutral donde deja que él tome las decisiones sobre lo que está bien o mal, le da la posibilidad de elegir y dudar. La confianza que tiene en Hei incluso en el comienzo es algo poco mencionado. Él lo lleva a su espacio espiritual, un sitio donde el creador es el dios, empero, a la vez es muy privado, no se lleva a cualquiera al lugar donde el alma descansa; él lo hizo, no porque supiera que Hei no tendría posibilidad de herirlo, sino porque confió en él, sabía de la pureza de su espíritu, de sus intenciones y lo grande que llegaría a ser.

Que la ternura ya mencionada no las engañe, las escenas de lucha son tan agresivas y están tan bien hechas como se espera. La crudeza en las intenciones y los enfrentamientos contrastan de forma colosal. Son las justas y necesarias con los personajes adecuados.

Una persona me pregunto que me dejo la película, sin dudas sería el hecho de que aunque alguien tenga razón en sus motivos, estos no justifican el herir a otros. El mensaje íntegro de la historia corresponde a ello. Las razones de los villanos (si se quiere llamar en así, no los considero como tal) para cometer sus delitos son válidas, empatizo con ellas, aunque no con las acciones, sin embargo, el daño es tal, en particular con quienes son neutrales, que no tiene justificativo. Hay cierta apariencia en la trama que me recuerda al hilo que construyen todas las películas de Studio Ghibli, como el humano destruye el medio ambiente sin culpa y remordimiento, solo que en este caso no es el héroe quien lucha contra la degradación ambiental. La película trata la tolerancia, en este aspecto, es posible no querer a tu igual y de la misma manera forma convivir y abogar por su seguridad. Los limites entre el bien y el mal, quien está en lo correcto y equivocado, no son claros. La película juega con nuestra mente en este sentido y nos provoca tristeza con cada cosa que suceda, sufra quien sufra.

La leyenda de Hei es imposible de abarcar en un solo número, es extensa y maravillosa en sus raíces. Vale la pena verla concentrándose en cada aspecto ya mencionado. Es de esos filmes que sé que en cuarenta años me gustaría verla como si fuera la primera vez.