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TETRIS

Una película que narra la historia de la creación del famoso juego del mundo del videojuego, quizás uno de los más icónicos, del mundo: el Tetris.

Podría pensarse que se trata de una crónica de geniecillos de las computadoras y los avatares para lograr que se publiquen. Y en parte es así, pero junto con esto, nos encontramos con una inesperada novela de espionaje en medio de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.

Aunque parezca increíble, es una historia real.

En los inicios de los años ochenta, Alexey Pajitnov (interpretado por Nikita Yefremov), un matemático ruso que trabajaba como empleado público en el Centro de Computación Dorodnitsyn, creó un juego como parte de sus experimentos con computadoras. Pajitnov es conocido como el creador del Tetris.

Por otro lado, un fanático y también programador y diseñador de juegos neerlandés llamado Henk Rogers (Taron Egerton), intenta vender sus propios juegos en una de las primeras ferias del mundo de la computación la Feria de Electrónica de Consumo (CES, por sus siglas en inglés) en Las Vegas en enero de 1988, en los inicios de la aventura tecnológica que significó el auge de las computadoras y del mundo digital.

El juego se encuentra en un stand en donde atrae la atención de los visitantes y por supuesto la de Henk Rogers, fue allí donde vio el juego por primera vez y se dio cuenta de su potencial comercial (casi como una visión predestinada), alcanza a ver el éxito posible de este juego.

Pero apenas comienza a buscar quien es su creador y a nombre de quien está la patente, comienza un juego del gato y el ratón en donde banqueros, empresarios del mundo del videojuego, directores de corporaciones de medios, espías de la KGB e informantes de varios gobiernos, interactúan en un mundo colapsado por los intereses del dinero y la política.

Cruzando la Cortina de Hierro

Henk viaja a Moscú en donde conoce a una intérprete (de la que ya sabremos más, a medida que avanza el filme) que le hará de guía en su aventura de intentar llegar hasta la fuente de las patentes del videojuego y lograr algún tipo de acuerdo comercial.

Pero no es el único.

Diferentes personajes, uno más extraño que el otro, intentan quedarse con un contrato para comercializar TETRIS en todo el mundo.

Se involucran compañías japonesas, norteamericanas, capitales de inversión y hasta el presidente Gorbachov se ve indirectamente involucrado en esta historia.

Nota: Gorbachov fue el presidente de la URSS que activó el desmembramiento de la región a través del Glasnost y la Perestroika….

Y cuando creemos que lo hemos visto todo, aparecen agentes del gobierno soviético en plan de matones y amenazan y hasta torturan un poco a Henk para evitar que el trato continúe.

Todo en nombre del verdadero socialismo y en forma paralela, de los bolsillos de algunos de sus agentes.

Porque la corrupción y la ambición no respetan ideologías ni fronteras.

En este mundo de experiencias sociales, el dinero está a la orden del día. Si bien el autor del videojuego no está interesado en ganancias, sí desea que su obra trascienda. Y de hecho el gobierno toma el tema como propio y negocia el valor del Tetris con los agentes de comercio de las compañías.

Las peripecias que atraviesa Henk son innumerables y difíciles de imaginar para algo tan simple e ingenuo como un vídeo juego de bloques que van cayendo, y, sin embargo, los entretelones de ese submundo, hace que deba huir, esconderse, mentir, actuar como un agente secreto, engañar y hasta pelearse y mentirle a su propia familia para seguir adelante.

Henk necesita capital. Y los que tienen dinero son los bancos. Así que va a su agente Larry (el gerente del banco Credit Suisse) y le pide una suma obscena.

Y ahí comienza la historia. Lógicamente el gerente quiere (y necesita) saber más. Henk le narra (y nos cuenta a nosotros, los espectadores) como es su plan de acción. Lo que al comienzo parece una simple operación, se transforma con el correr de los minutos en una verdadera aventura en donde finalmente se transforma en cuestión de vida o muerte.

Y no en forma simbólica, sino literal: lo amenazan, persiguen, espían y hasta fotografían para poder extorsionarlo.

Entretelones del mundo de una Unión Soviética que está colapsando bajo la famosa Perestroika (apenas un poco antes de la caída del Muro de Berlín), entre los avatares de los últimos burócratas del comunismo y verdaderos creyentes de la superioridad moral de la izquierda sobre el mundo norteamericano, se tejen las historias que dieron fin al bloque soviético.

Pero la historia central sigue siendo la de la creación y publicación del famoso Tetris.

Sucede que su Génesis y sus ramificaciones suceden en medio de cambios políticos y sociales del mundo.

Fiestas clandestinas en donde se escucha un icónico tema de la banda de soft metalEurope con letras que ya inferían el fin de una era.

Cualquiera que haya escuchado esta canción sabe que es casi imposible no corearla, sepa o no de que se trata, cuando se escribió y por qué la hicieron. Y menos aún que fue un emblema de la época en que cayeron los regímenes del bloque socialista bajo el nada casual de…

It’s the final countdown.

Y en una rave nocturna y alternativa, en edificios abandonados de Europa Oriental, la juventud, rebelde e inconformista, baila y corea los grandes temas de los años ochenta. Nuestro protagonista es llevado allí y en medio de la algarabía, también se da cuenta de que no están solos, que los servicios secretos de la KGB lo están vigilando, y junto con él, a todos.

Pero no se trata de un filme político ni de propaganda, porque mientras se muestran los trasfondos del mundo comunista, también se ve como los conglomerados mediáticos que prácticamente se erigen como antorchas de la libertad de Occidente, están igualmente infestados por la codicia, los excesos del poder y la arrogancia del dinero.

Robert Maxwell, CEO de Maxwell Communications Corporation, así como propietario y presidente de Mirror Group Newspapers (MGN) y Kevin Maxwell (su hijo), dirigen este monopolio que es prácticamente tan poderoso como un país, y que, entre sus contactos, amistades y relaciones, se parece a un jefe de estado. Pues bien, ellos están interesado en quedarse con el juego y harán hasta lo imposible por borrar a toda la competencia para lograr sus objetivos. Pero lo interesante aquí es como el colapso de sistemas no solo es tangencial a los protagonistas (el creador del juego y Henk que busca el trato para publicarlo) sino que también se puede observar cómo los entornos familiares, sociales y políticos, influencias (para bien o mal) todo aquello que luego se consume.

Y la historia continua con acción, algo de romance, misterio y hasta humor.

Porque en estos mundos, nadie es ajeno a lo que sucede afuera.

La película es una perla que se puede ver en Apple TV y tiene la dirección de Jon S. Baird y la fotografía de Alwin H. Küchler.

En medio de tanto macro conflicto, tenemos también las relaciones privadas del mundo emocional de Henk. Su hija, Maya va a representar un personaje en un acto escolar y lo único que desea es que su padre la vea. Y él así lo promete. Pero entre incontables desventuras y las lógicas consecuencias de todo lo que acontece, no llega y eso genera en paralelo un drama familiar con Akemi (su esposa) enojada, su hija triste y Henk con un sentimiento de culpa y vergüenza.

En un clima que recuerda a la película de Steven Spielberg Juego de Espías, la ambientación es magistral y nos remite a una época de peligro, secretos y mentiras.

Y como Bonus de juego, la estética es increíble. Una serie de efectos ochenteros en donde la pantalla se ve superpuesta con el fantástico mundo de los 8 bits, vemos las imágenes como parte del relato. Una idea espectacular.

No se la pierdan, pongan Apple TV y a disfrutar con la historia de uno de los juegos más emblemáticos de los inicios del Arcade, que sigue vigente hasta el día de hoy.

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