Americanizando el cine argentino

¿Se acuerdan de las dos películas argentinas que llegaron a ganar el ostentoso premio Oscar a mejor película extranjera? La historia oficial lo consiguió en 1986, mostrando las consecuencias de la última Dictadura Cívico-Militar en Argentina. Por otro lado, El secreto de sus ojos fue un policial estrenado en el año 2009, de la mano del director Juan José Campanella y con Ricardo Darín en el rol protagónico.

Si hubiese que destacar algo que estas dos cintas tuvieron en común, sería su originalidad, el arraigo hacia una cultura de la cual nos sentimos orgullosos como nación. Mientras que en La historia oficial vemos representaciones de un sistema represivo que aborrecemos hasta hoy, la magistral cinta de Campanella nos lleva a planos que despiertan nuestra pasión futbolística, como la famosa secuencia en la cancha de Racing.

Al día de hoy, esta “originalidad” se está perdiendo, para dar lugar a una creciente apropiación de la cultura hollywoodense en las producciones del país. El ejemplo más próximo es el de la serie Nada, que se estrenará el 11 de octubre en la plataforma de streaming Star+. Lo que de verdad llama la atención de esta producción es la promoción en torno al actor estadounidense Robert De Niro, quien tiene uno de los roles principales en la serie. El marketing hacia el intérprete ha sido tal que incluso Luis Brandoni, quien interpreta al protagonista, quedó relegado a un segundo plano.

Vayamos a otro caso en nuestra localidad cordobesa: entre 2021 y 2022, Granizo fue una cinta que recibió mucha difusión en los medios de comunicación de Córdoba. La elección de nuestra provincia para la filmación de una película protagonizada por uno de los “próceres” del cine argentino, Guillermo Francella, dio a los cordobeses un halo de esperanza con respecto a futuras producciones en la provincia. Sin embargo, esta producción venía disfrazada de un color rojo y negro como lo es el de Netflix. La plataforma de streaming estadounidense se encargó de transmitir la película en el ámbito internacional. Suena como una buena noticia, ¿verdad? Pues con honestidad no, ya que muchas personas quedaron disconformes por la trama absurda y, además, por el uso de actores porteños para la interpretación de ciudadanos cordobeses. Esto derivó en un acento cordobés exagerado y, hasta cierto punto, insultante.

La americanización de las producciones audiovisuales argentinas es como un sueño. Por “sueño” no me refiero al anhelo de compartir con el mundo aquellas producciones que nacen del seno de la mejor creatividad del cineasta. Sucede todo lo contrario: una búsqueda de opciones para poder permanecer en un canon cada vez más normalizado, como lo son las producciones “made in hollywood”. Si se lo estaban imaginando, así es, hablamos del “sueño americano”.