CAPITAN FANTÁSTICO Y LA REBELIÓN CONTRA EL MAINSTREAM

Cuando me preguntan que película volvería a ver, esta definitivamente encabeza la larga lista, y es porque básicamente logra dos cosas que usualmente les mejores películas tratan de hacer y no siempre consiguen, y es primero ofrecer una experiencia intelectual que plantea muchas preguntas acerca de mi propia vida y me lleva a reflexionar sobre ella y sobre mi cultura y, segundo, que además me emocionen, me hagan reír y llorar, y me lleven a empatizar con sus personajes complejos e intrincados manteniendo mi interés de principio a final. Adicional, esta, como todas las buenas películas, no es lo que crees que es cuando la ves.

El protagonista de esta historia, Ben Cash, es un intelectual que ha decidido junto con su esposa criar a sus seis hijos en las montañas saliéndose por completo de la crianza convencional de occidente en los Estados Unidos, podríamos verlo entonces como el “Capitán” de una embarcación que navega la vida fuera de la corriente del mundo, donde dependen de sí mismos y de la naturaleza, y “Fantástico”, porque su ideal y meta es criar a sus hijos para sobrevolar el promedio buscando que sean reyes filósofos y no meros mortales como los que nos criamos en medio de esta sociedad.

Primero nos presentan a los personajes en su día a día, cazando la cena entre los animales del bosque, ejercitándose más que si fueran atletas de alto rendimiento, devorando libros al estudiar todas las áreas del conocimiento y haciendo uso del pensamiento crítico para argumentar sus posiciones frente a determinados temas, es impresionante verlos compartir los espacios y las cosas, todos trabajan genuinamente el uno por el otro, cuidándose y respetándose, incluso cuando hay desacuerdos entre ellos muestran un nivel de madurez emocional alto al no necesitar que sus egos ganen, ya que todos sus esfuerzos van dirigidos al bien común.

De repente llega el giro de la historia, la tragedia, su madre muere y deben salir de su pequeño paraíso escondido para asistir a su funeral, y ahí empezamos un viaje transformador con estos personajes donde por varios días, ven el mundo desde su bus y desde los lugares al que este los lleva. Al principio creemos que Ben como padre es extremadamente sabio y perfecto en todo lo que hace y sus hijos son todos prodigios erigidos por él, lo cual también nos lleva a pensar en nosotros mismos, en lo vagos que somos y en todo lo que nos falta a nivel de conocimiento; pero después vemos como Ben también les enseña a juzgar con superioridad a los demás, a robar y a mentir, y aunque esto podría escandalizarnos, ya estamos tan adentro de su mundo, que casi que podemos entender su punto de vista así en nuestras vidas corrientes no lo hiciéramos de esta manera. El mayor obstáculo de la historia radica, en que el suegro de Ben está muy enojado por como los niños están siendo criados y como mucho de la disciplina que Ben les aplica puede verse como abuso infantil, exigiéndole entonces que los deje a su cuidado; Ben acepta resignadamente mientras también sus hijos se dan cuenta que su padre no es perfecto, y que su forma de crianza es cuestionable.

Esta no una película que solo quiere mostrar como un padre de familia adopto las enseñanzas de izquierda para criar a sus hijos, sino que abre el espacio para que su público genere sus propias opiniones sobre el tema, en mi caso por ejemplo, pienso que no hay buenos ni malos, en algún punto, todos tienen razón, y esto nos ilumina sobre la complejidad de la condición humana, la película no condena ni condona nada, solo nos deja cuestionándonos de como interactuamos en la sociedad, de cómo fue nuestra crianza, y sobre todo de la necesidad de comunicarse bien con las personas diferentes con las que no se tiene nada en común.

Finalmente, Ben se hace vulnerable ante sus hijos, y les muestra sus propias dudas sobre su estilo de vida, lo cual también nos muestra una paternidad sin mascaras que sus hijos saben valorar grandemente y terminan por decidir quedarse con él y despedir a su madre en un funeral tan único como ellos.

Es muy poco lo que les puedo decir sobre los aciertos cinematográficos, que, aunque los hay, por ejemplo, las tomas de los diferentes paisajes, para mí, los momentos más icónicos son los de interpretación, pues son momentos donde puedo compartir algo con otro ser humano que se está revelando y que está generando en mí, emociones con lo que ellos experimentan.

Al final, aun con la polarización y buena provocación que puede generar la película, nos sorprende como relato al cerrar el viaje mostrando como los personajes aprendieron algo y han sabido ajustarse a la realidad a su manera.